Mujer de llamas y deshielos, de palabras y silencios, de manos y dedos y piel consumidos por el calor y el frío.Te siento en mi como una letra en mi libros, como la hoja buscando un lugar en el viento que la conduce, como la tierra vinculada a la tierra. Me adhiero a tus lados, a tu cintura, a tu vientre húmedo y curvado por los volcanes que te siembran de semillas.

Te siento en tus labios, en tus besos, en tus comisuras infinitas. Te amo en tus senos, en tus sentidos vigilantes de colonias sin nombre ni destino. Te amo como aprendi a amar contigo, letra a letra, sonido a sonido. Beso a beso. Asi, asi, más, más cuando estás, más cuando te ausentas.

No sabemos del tiempo y los diciembres. No se cómo me mires ni tomes mi cuerpo renovado. Quizá seas apenas una señal prescindible, de junios y julios que se dijeron desde los andes compartidos. Quizá solo tenga de ti a la niña mujer tropezada con las fiebres temporales de años olvidados. Quizá sólo seas la mujer que olvidó sus peores pesadillas para tocar con sus puños la felicidad efímera, que supo cegar su vista a los días grises de la soledad de sonias ausentes...No se qué seas con el tiempo para mi. Por primera vez estoy a merced del amor ajeno, de la edad extraña. Nunca estuve mejor, nunca me sentí certero y cierto.

No me atañe hacer otros caminos, aquí me quedo, en tu puerta, en tu portón cerrado con llaves de temor...No me importa, no expropia mi ánimo ni mi amor. El mío es sin calendarios, sin eneros, sin minutos, sin respuesta. Me acuño en tus dedos, me dejas señales en relieve y camino solitario por tus recuerdos y tus voces. Mirando cómo despiertas y te conduces, sabia, moderada, cierta, abuela...madre...amiga, amante...

Te amo, mis lágrimas me dicen que debo amarte, mis lágrimas me indican que hallé el amor que nace entre cruces y camina a la felicidad. Se, que el sentimiento trágico de la vida que me envuelve desde niño ha encontrado por fin otro ánimo gemelo que nació tambien entre maderos y a destiempo...

Te amo, como te amé anoche, como me amaste tú. Con tus sonidos, con tus dedos y manos de ternura. Te amo porque caminamos desde las dificultades hacia el placer. Porque supimos dejar al costado las asperezas nocturnas y difíciles. Por que ambos llegamos a la cita dejando atras los horarios señalados y supimos crear nuestros tiempos compartidos.

Te amo porque me dijiste que te invada sin temor, porque me seguiste, por que te seguí. Porque a tu lado, muy cerca, dormía la niña que ambos hicimos nuestra. No estuviste sola, sino con ella de testigo de nuestra entrega. No podrás olvidarlo por eso. Crecerá y caminará por los mundos, sin saber que nació una noche de agosto de nuestros vientres. Tú sabras que sus ojos no vieron, que su piel no percibió el amor que nos dimos. Pero igual sabrás que nuestras horas tardías fueron de su concepción y de sus pasos junto a nosotros. Será testigo para siempre de nuestros besos y esperanzas. Un día le dirás que me amaste un instante en que ella nació para los dos...

Te lo digo apenado y triste, te lo digo, dulce y azucarado, libre y engrilletado por tu cariño. Te lo digo al lado de la felicidad muy cerca de la esperanza.

Te amo siempre, cada día que nace, cada noche que muere en nuestros brazos compartidos, en nuestras palabras coloridas de verdes y azules, dicen, los colores de agosto, del amor...Nunca dejaré el sentimiento depositado en ti, no podría, tengo ya la señal indeleble en mis manos y mis letras, que amo y quiero desde nunca.

Un beso en tus pechos desnudos, en tus ropas de cama, en tus comisuras alejadas. Las que guardas para mi, para llevarme tras tus pasos, rozándome el rostro, apretando mi cuerpo, entre tu piel y tu piel, en medio de tu rostro secreto. Alli me quedo donde reside el amor...desde allí te recorro solo para volver a besarte entre tus lados generosos...

No puedo superar a la palabra cariño, no puedo alejarme del amor y de mi espera. No me olvides, no te olvido...