Quinarios de devoción a la comisura de tu boca,
brevedad de instantes que rebosaban
vasos de sueños líquidos.
Y la lejanía repicando insistente,
agónica e incontrovertible
en la inquietud de los días frenéticos,
que solo quedaron para el recuerdo,
para las incombustibles horas de tu ausencia,
para la palpable soledad
que llena la cadencia de tu cuerpo,
ahora que me entrego
tan solo a esta distancia
Texto agregado el 21-08-2005, y leído por 241
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Lectores Opinan
21-08-2005
Compartimos un sentimiento mutuo, mis 5* para tu texto toni