A veces pienso en la hermosura que sería poder detener el tiempo, para poder ir donde no he llegado, sentir lo que no he amado u odiado, ver lo que no me ha iluminado, sentir lo que no me ha acariciado o lastimado, oler lo que no me ha narcotizado, oír lo que no me ha hechizado, escribir lo que no he pensado, ver la belleza de un crepúsculo suspendido en el aire, estar en la intimidad de un ser que ame, sentir lo pulcro de un silencio total, poder recorrer todas las calles mojadas en una noche de neblina, en una noche de enero o noviembre, detener el tiempo en esa reunión para que dure mas y poder tener “la” fotografía perfecta, detener el tiempo durante ese abrazo, ese beso o esa caricia, no importa que el universo pierda orden y sentido, si lo pienso hasta eso vale la pena por descubrir la belleza de detener el tiempo, en ese momento perfecto. |