Declaro las migas, las perlas de lagrima, los latidos restantes. Declaro el alma en agonía, por un invierno más en su raíz. Declaro el sinsabor nocturno, bajo el acuse de una memoria despierta. Declaro los puños del alma, atados; hechos un nudo de mar. Declaro tu maldita falta, declaro mi bendita pena. Declaro extinta, la ilusión del milagro.
Texto agregado el 20-08-2005, y leído por 155 visitantes. (2 votos)