Nos escondemos detrás de un par de corazones rotos.
Jugamos al quizás entre sonrisas que se comen
las miradas que flotan en el aire.
Estos abrazos,
esta extraña familiaridad,
que pide a gritos,
llenar dos almas huecas.
Texto agregado el 20-08-2005, y leído por 270
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