-¿Y si te dijera que te puse los cuernos con tu amigo Augusto Olmedo?
-Déjame leer el periódico en paz...
-Ajá, está bien. Pero si, hipotéticamente, me descubrieras una tarde cualquiera cuando llegaras del trabajo, revolcándome entre las sábanas con otro...
-A este país se lo llevó el diablo... ¡Estos hijos de puta quieren alzar el precio de la gasolina otra vez! ¿Qué quieren? ¿Que andemos en bicicleta como los chinos?
-Sí, es una desgracia. Ajá, pero si alguna vez recibieras una llamada anónima diciéndote que me vieron del brazo, muy risueña, con tu jefe... por ejemplo...
-Pero es que son unos miserables. Matándonos de hambre y ellos de casino en casino por las islas del Caribe... ¡Maldito infierno este!
-O... si tal vez se te ocurriera contratar a un detective privado y este te entregara millones de fotos mías en moteles de mala muerte con Santiago, el vecino del cuarto piso...
-Lo que le falta a este gobierno de cuarta es venderle el culo a los gringos...
-Sí, terrible la realidad que vivimos. Pero si no sólo fuera Santiago, si no también Alberto, el del Pent House. Hipotéticamente ¿Qué harías?
-Esos gringos de mierda que no les basta con lo de Irak ¿Pero qué diablos quieren de nosotros? Será que nos bajemos los pantalones...
-Y si me vieras en el Parque de La Alameda, sentada en un banco, increíblemente feliz, hablando muy apretujadita con Ernesto, el dueño de la lavandería... ¿Qué harías?
-Lo que tenemos que hacer es irnos de este maldito país. Aquí no hay salida, solución, nada...
-Y si, hipotéticamente, te dijera... sólo hipotéticamente... que me quiero divorciar de ti ¿Qué me dirías?
-Hablando de divorcios, sabes que nuestro país subió al quinto lugar en las estadísticas mundiales. Ni la moral nos queda ya...
-Pero y si te dijera que ya no te quiero, que me da asco hasta compartir la cama contigo, que desde hace seis meses que no me pones una mano encima, que tienes un aliento pestilente, que aunque te bañes nunca te quitas el olor a grasa, que no eres más que un viejo patético, aburrido e incapaz...
-Hablando de capaces... comenzaron los cursos de capacitación para los ascensos gerenciales. Comienzo el lunes. Ah, de ahora en adelante voy a almorzar en la oficina porque no me va a dar tiempo de venir a la casa.
-Capaces no, incapaces...
-¡Claro! Incapaces es lo que nos creen, por eso nos ponen a hacer esos tallercitos de mierda que lo único que sirven es para perder el tiempo. Pero en fin, ya me cansé de que los recién llegados con tres titulitos me pongan las patas encima. Así que ni modo...
-Incapaz es lo que eres...
-¿Qué dijiste?
-Nada... cuando termines con el periódico me lo pasas para leer el horóscopo.
-Bueno, si dejas de interrumpirme puede ser que lo termine hoy ¿No crees tú?
-Bueno... voy al parque a darme una vuelta. Por cierto, Ernesto, el dueño de la lavandería, te mandó saludos ayer por la tarde.
-Dile a ese grandísimo hijo de puta que todavía me debe la apuesta del mes pasado ¡Que no sea mala paga!
-Bueno... nos vemos.
-¡Ya! Déjame leer el periódico en paz... |