Hace mucho tiempo, cuando los días no se contaban en años sino en lustros, cuando el solo nunca descansaba y los hombres trabajaban rutinas atenuadores, cuando la felicidad en el mundo estaba opacada por la sombra del invierno presente en los corazones de los muchos que se lamentaban por un descanso, por una vida mejor que la sucedía en ese entonces, se cuenta que un viajero , cansado de analizar los placeres efímeros de la contradicción humana, de la miseria de un pensamientos inexistente lleno de banalidades concretas e ideas pobres acerca de lo que nunca paso, empezó a jugar con la alquimia.
Para esa época muchos descubrimientos fueron revelados ante la luz abrumadora de la realidad adversa, el primero fue la creación de la primera piedra filosofal hecha por el hombre, el segundo el aislamiento de una nube, o la conformación de los anillos de saturno o que tal el clásico experimento donde se demostraba la presencia de vacio en un pedazo de metal. Pocos eran los maestros para esa enigmática especialidad pero eran muchos los que enseñaban la materia, así que el viajero decidió ir a buscar a los llamados alquimista. Por tierras lejanas estuvo buscando a los mejores, pero no encontró ni restos de los grandes solo preguntas al aire ¿Dónde se esconden? ¿Por qué no salen?.
Tal vez eran figuras inventadas por la literatura para entretener a los incautos o a los curiosos que hacían demasiadas preguntas a cosas que no tenían respuesta.
El joven no se dio por vencido y busco en los rincones mas profundo de la tierra y efectivamente ahí fue donde encontró al ultimo maestro de las ciencias misteriosas de los ancestros olvidados.
El viejo no se acordó de su nombre cuando el viajero se presentó ante él rogándole que le diera lugar en su modesto laboratorio.
Después de mucha meditación el viejo decidió aceptarlo con el único fin que retomara la ciencia oculta y misteriosa de la alquimia y la hiciera funcionar para todos.
El joven aceptó sabiendo que esa era la mayor responsabilidad que alguien le hubiera confiado, pero confió de su sueño y empezó con vigor a pensar en una idea novedosa.
Los días pasaron y las ideas solo se quedaban en sueños como por ejemplo la idea de convertir el trueno en oscuridad o la idea loca de encontrar el animo de las cosas, pero todo eso fue opacado por la idea mas terrible que a alguien se le pudiese haber ocurrido, el crear un manta que cubriera el cielo y así no tener que estar escondido en cavernas, algo que pudiera tapar al sol y diera paso al descanso.
Su maestro desesperado por los nulos avances de su joven aprendiz, le ordeno hacer cosas del hogar para poder despertar en el la imaginación, así que en vez de trabajar con compuestos que cambiaban de color al ponerlos a la luz o de rocas que se movían de un lugar a otro sin la necesidad de ningún imán, se vio barriendo la caverna y lavando material de cristalería, pero durante todo ese tiempo siempre pensaba en la frase que su maestro el dijo el primer día “si el joven quiere trabajar en la experimentación, lo tendrá que hacer con pasión”, por mas que pensaba en donde radicaba a lo que se le llamaba pasión no pudo descubrir nunca la esencia.
Así que ese fue su tema un tema avalado por el maestro de mil descubrimientos, se dio a la tarea de buscar la esencia de la pasión. Tomo joyas y las mezclo con el ácido corrosivo de las palabras y encontró lo que luego seria llamada la escencia de la hipocresía, trato con un dibujo con el liquido de la verdad y así se descubrió la pintura realista, incluso mezclo un colibrí con un extracto de sombra y lo que encontró fue el olvido, pero nunca pudo descubrir cual era la escencia de la pasión, por mas que intentaba mezclar lo que la gente usaba para describir el termino nunca lo pudo logar.
Los grandes descubrimientos lo llevaron al anonimato, pues la gente nunca comprendió la verdad de los hallazgos.
Un día se vio desprovisto de materiales para experimentar, así que decidió ir al pueblo mas cercano, ahí intercambio mágicos brillantes que cambiaban la percepción del color por unas flores, por sapos, por leña y extractos sacados de los grandes sabios de Alejandría, cuando estaba recolectando piedras la vio, una maravilla, una joven encantadora con unos labios de rosa y unos ojos enigmáticos, un cuerpo tallado por las manos mas hábiles de la época y que ni a la fecha se ha podido igualar tal perfección, su hablar seguro un tono encantador y la chispa de la perspicacia que se había aislado en varias princesas de oriente, todo eso cautivo al extraño en aquel mundo, pero no le dirigió ni una palabra, ni un suspiro, pero sabía que lo hubiera querido hacer.
Marchó a su refugio de ideas, pero solo una lleno la cabeza de aquel aprendiz.
No importo y siguió trabajando, juntando el roble con el extracto del enamorado, pero no paso nada al principio lo que el no tomo en cuenta es que el recipiente de vidrio se volvió irrompible, después en ese mismo matraz el puso el color de la envidia y el vidrio se rompió como caramelo, pero el no supo interpretar eso que tanto ha afectado a los hombres.
Que estaba haciendo mal, le pregunto a su profesor el cual estaba encantado con los avances de su pupilo y de nuevo la frase volvió a ser pronunciada, de igual forma como la primera vez que la escucho el joven no entendió lo que quería decir y fue a su cuarto a meditar sobre su maestro y su enseñanza.
Sorpresa se llevo cuando al cerrar los ojos vio como aparecía el rostro de aquella chica se volvía difusa con la luz cegadora de la mañana de aquel mundo sin futuro en el horizonte, sin descanso y sin ilusiones de encontrar la esperanza.
Esta vez no pudo ignorar a esa figura excepcional y esa magistral mirada, pero que podía hacer, si nunca le había pasado algo así.
Decidido a sacar de su mente a aquella que lo vio por un segundo y que lo marco de por vida, empezó a trabajar, pero solo encontró cosas inútiles, por que mezclo (según el) cosas inútiles, puso palabras al viento junto con la magia de una flor, descubriendo una luz que no quemaba como la del mundo exterior una luz que alumbraba, pero se extinguió al colocar las dudas de los pensamientos difusos del habitante de las sombras, todo lo que hizo no tuvo sentido, cartas con palabras nunca antes usadas de esa forma, flores de colores vivaces, canciones penetrantes a la mente de quien las escucha, en fin, nada tenia sentido.
Cansado de arruinar su día se fue a dormir bajo el sol centinela del mundo antiguo, y fue ahí cuando pensó de nuevo en su vieja idea, la idea de crear algo que tapara por completo ese sol, pero solo por unas horas, sin embargo la idea no prospero pues la joven se aparecía en todos los razonamientos que hacia, trataba de imaginar una mezcla milagrosa pero no pudo pues ella se mostraba como nunca antes había visto a una chica inmaculada, pero lo mas que le llamo su atención fue su mirada, esos ojos negros que lo cautivaron, lo ojos de una mirada pensativa, de una mirada amorosa tierna, comprometida de una mirada única de una chica única.
Sobresaltado reanudo sus labores, incluso su maestro estaba ya descansando, pero ahora comenzaría de nuevo e incluiría en sus preparaciones muchos mas elementos que los que estaban permitidos.
Se dispuso a hacer algo nunca antes hecho, en la mente una palabra que describía su sentir, una chica que describía sus ganas de trabajar, empezó a mezclar el extracto del enamorado, la luz que había descubierto, el roble, la pintura realista, las palabras absurdas las melodías que penetraban, el olor de la felicidad, la alegría de un niño, el sentimiento de las luciérnagas, todo eso fue dando solo una cosa, un color que ya había sido descubierto.
La mezcla se torno negra, pero con un olor indescriptible, un aire de esperanza y de amor, un negro lleno de vida, no como el de la melancolía, un color que brillaba en la oscuridad por su escencia de flores, pero eso no cubriría al sol pensó, algo falta, así que su maestro intervino, le dijo que estaba apunto de cumplir la promesa que le hizo el primer día, le repitió las palabras que lo desencadenaron a trabajar, y por fin pudo comprenderlas, la pasión que llevaba adentro lo harían descubrir algo que afectara a todo el pueblo de luces, pero que le faltaba a la mezcla, pues la escencia de la pasión que el joven descubrió, era algo tan simple como verter todos sus sentimientos, sus ilusiones, su corazón y su alma al matraz, y así lo hizo, todos los componentes los aporto él, su maestro también coopero pues el ropaje con el trabajo tanto tiempo lo dejo en el pozo de infinitas sustancias y así se produjo la reacción mas famosa en la alquimia.
La manta se desdoblo y el color de lo que ahora llamaos noche lleno los cielos abrumados por el calor sofocante del sol despiadado, todo quedo cubierto, no había ya luz alguna.
El maestro entonces tomó una perla y la lanzo a la manta estelar y de ahí nació la luna, pero todavía era demasiado oscuro, así que recordó la palabras del joven y de la mirada de su amada, “el brillo de sus ojos como diamantes parpadeando al compás del viento”, por lo que también hecho al aire los miles de diamantes que había producido durante su juventud con lo que quedo completo el cielo.
El maestro por fin había logrado su objetivo con su alumno, por lo que no le quedaba mucho tiempo antes de esparcir su polvo junto con el de los otros alquimistas, asi que fue al lugar donde estuvo la chica de los ojos de estrella y le entrego una nota que decida.
“Como tus ojos la noche que se ha creado gracias a la pasión que te tengo”.
No se sabe que paso después, si la joven entendió el mensaje del alquimista, si alguna vez pensó en el o nunca supo quien mando la nota.
Lo que si sabemos es que la noche no esta completa sin la pasión de algún enamorado que lanza su sueño a la noche en forma de estrella fugaz.

SEr AhI