Recuerdo un hombre maduro
más bien mayor, mirar pasar
un tiempo que no recoge,
sentado en un parque,
un cuerpo abatido
ve alejarse un ayer,
que nunca quiso
dejar escapar.
Y es en un lugar perdido
donde pierde, a su vez
unas ganas de seguir existiendo
en un mundo de miserias,
inútiles, ciegas,
adobadas con fango.
Soporta un alma cansada
de estar sentada,
en el filo de una vida
extraña,
evocando un amanecer
que tarda,
y anhela, como todos,
el poder sentir en su cuerpo
el roce del respirar
de un ave, que siente y sufre
una gran perdida,
como si fuera su propio corazón.
Ayer me lo encontré,
estaba paseando su alma,
sumido en el fondo
de un terrible aburrimiento.
Seguía pensativo, como
queriendo crecer hacia la tierra,
en vez de mirar al Cielo,
y sonreír a las estrellas
que en todas las noches
le alumbran, perennemente,
un caminar cada día
un poco más largo y difícil.
Ese hombre maduro,
más bien mayor,
ajado por el viento
de miles de años ha,
Era…
¡ Mi padre !
Controversia
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