REVELACION
Retumba la alarma del reloj, los minutos se estrechan y Paula se estremece, igual que se ha estremecido su conciencia, ahora que ha empezado a librarse de sus tormentos, quiere seguir y ese maldito reloj marca que su tiempo se ha terminado, las lágrimas resbalan, como un torrente inacabable, ¿cuánto tiempo hace que no lloraba?, cuánto tiempo guardando para sí ese inquietante secreto y ahora..... ahora se ha acabado el tiempo....... su tiempo....... maldita sea.
Frente a ella el Dr. Lara la escucha, la mira en silencio, sin decir nada, sólo un rápido movimiento al apagar la alarma, sabe que esta en un momento crucial con su paciente a la que tanto trabajo le ha costado atender, días enteros de sesiones sin un atisbo de mejoría, nada..... y hoy precisamente hoy, una pequeña distracción y todo puede venirse abajo...
Sabe que si le habla, si le pregunta no obtendrá respuesta; sus miradas se encuentran, los ojos brillantes de ambos se hablan en el mudo lenguaje de las angustias, la mano del doctor se posa en la de ella, conminándola con ese gesto a continuar lo que se había interrumpido...
-Cumplí con los mandatos, con las expectativas familiares, traté de ser una buena esposa, de atender mi hogar como se esperaba, fue insuficiente, todo fue inútil, cada día peor, me ha aniquilado como ser humano...
No me queda claro en qué momento todo se rompió, no se cuando se hizo adicto, el caso es que por las noches al escuchar el sonido de la llave, mi corazón late más de prisa, el pánico se apodera de mi, cuando llega ebrio como casi todas las noches, no importa que me haga la dormida, o que me muestre dispuesta y cooperadora, su saña no tiene límites; me arranca las ropas abruptamente, con su mente confusa no logra la erección, y eso basta para que sus ojos se llenen de cólera, parece drogado además de alcoholizado, me aprieta fuerte las caderas, me gira, obligándome a que me de vuelta, forcejeo para liberarme y es cuando comienzan los golpes, sin piedad, hunde mi cabeza en la almohada, siempre gana.
Con la cara enterrada, ahogando los gritos de dolor al sentirme embestida, me pierdo, me escapo, ya no soy yo, y no está él.......
Después de unos minutos, en que un nudo aprisiona su garganta, el llanto se transforma en ira....
Vivo llena de rencor, de resentimiento, nadie me dijo que así era el matrimonio, nadie sospecha que todas las noches soy violada y ultrajada, que tengo que soportar las peores bajezas...
Cómo poder seguir acostándome con la única persona que odio, de que me sirve denunciar al padre de mis hijos si no tengo pruebas? Y cómo mostrar mis heridas internas sin avergonzarme?
Pero..... He analizado distintos tipos de liberación durante noches enteras, buscando la forma de vengarme, de acabar con esto....
Los ojos de locura y la mueca de satisfacción de Paula hacen sospechar al médico lo peor.
-No merecía vivir-
Su tiempo ha terminado.....
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