Al bajar del taxi me di cuenta de que ya no recordaba la acera que saluda a mi portería, así que subí las maletas con un enorme deseo de recorrerla al día siguiente.

Bajé con los ojitos brillantes y golosos de ver el sol, quien me saluda con un pícaro guiño y me avisa:

- Vete por la sombra ;) -

Y es que vengo del crudo invierno.

Aterrizo en mi calle en pleno agosto, sudo, sonrío en el escaparate de la tienda de muebles que hay al lado de mi casa y recorro esquinas que ya había olvidado; las calles me parecen más brillantes, más llenas de vida y escandalosamente repletas de rincones que conocer.

Entro en una zapatería - "En Agosto Segundas Rebajas" -
y pruebo y elijo, y me calzo, hay tanto donde coquetearle a mis pies...

Un bar me invita a protegerme del calor con una coca-cola bien fresquita y paro para verme en otros rostros y no puedo evitar hacer comparaciones con los últimos meses que viví en una cultura diferente de la mía.

Que lujo!
Que honor para mi estar aqui!
De vuelta, en mi casa!

Los hombres no me miran como a un objeto, las mujeres no ven en mi a una "forastera" rival.

Soy una más, soy como todos, soy "cotidiana", pertenezco.

Hace tanto que no me sentía así...

Mi calle en verano regalima perfume a chocolate con churros, a empanadas colombianas, a chop suey, a gambas al ajillo...tamales, tabaco negro, pescaíto frito, tortilla de betanzos, ceviche peruano...

Jamás me pareció tan hermosa mi rambla; es verano y las calles peatonales están repletas de terrazas y de cervezas, de niños alborotados, de labios que buscan bocas que besan, de pechos voluptuosos, de mechas, de colores, de uñas que rascan la fortuna en cualquier barra que aporte una cumbia, un son, una ranchera.

Naricillas pintadas de helado sabor a fresa que mordisquean ansiosas los cucuruchos crujientes y sensuales en las bocas más diversas.

UN MAPAMUNDI ES MI BARRIO!!!...

UN CALIDOSCOPIO DE CRISTALES DE COLOR!!!

Mi calle es de buena gente, trabajadora, disparatada, obrera; no es el mejor ni es más pudiente, ni el más hermoso, ni el más acreditado; no es la escuela que quise para mi hijo, no es lo que siempre había soñado, pero ahora, que pude echarlo de menos...

HOSTIA PUTA!!!

ES MI BARRIO!!!

Lo quiero, lo amo; forma parte de mi historia, con sus graffitis, su música, su llanto de niño, sus diarios; su tasca en cada esquina, sus farolas rotas por las pedradas nocturnas de los adolescentes, sus esquinas vacías, sus tiendas de baratijas, el deambular de los borrachos; su abuelo reposando los huesos en un banco de la plaza del mercado; en invierno al sol, a la sombra en verano; y me detengo y me siento a su lado y veo pasar a la gente y otra vez comparo...

Mi gente es cálida!!!

Está viva, no son zombies!!!

Son gentes que sobreviven, que protestan, que reclaman; gentes que no agachan la cabeza, que no se bajan las bragas, que exigen lo merecido, lo necesario... y descubro rostros en los que nunca había reparado.

Senegalesas azabaches de piel tostada y ojos como destellos, con las palmas blancas como la espuma, tal vez, de tanto saludar al sol rogando por un encuentro en otra tierra, en otro mundo, en otra jaula, porque encierro es el que vive el emigrante en un mundo que no comprende su interna queja.

Gentes dispares como el peruano trabajador, o el que trafica con robos a mano armada; contra el español asesino de su sangre, justa venganza.

O ecuatorianos pequeños y distantes, cuyos ojos vivillos solo brillan en el "Sabor Brasil" junto a su samba y su camarera de dieciocho escasos, la más bonita, la colombiana.

Pero quien más me estremece es la mujer marroquina, la que lleva un tiempo lejos de su casa; es vergonzosa, asustadiza, contesta en la cola del super como si le fuera el alma; tapa el cabello y los brazos por el corán, porque se lo mandan, pero se sienta en la plaza vestida con su caftán, silenciosa prenda larga, mostrando sus dos tobillos...y te pregunto:

- ¿no resulta una provocación deliciosamente apetecible esa protuberancia que sigue a unos delicados pies de piel bruna y zapatos de suficiente tacón como para lanzar un suspiro, un piropo y una falta?


Esa es la gente que quiero, la que me acompaña, la que sonríe a mi mirada; la que me asiente en sus ojos los lunes de madrugada, compartiendo los trayectos en el metro, en horas que deberían ser censuradas; las que interpretan a Inti, a Sosa, a Jara...especialmente cuando vuelvo del trabajo y por diez céntimos me cantan (sobre todo esa canción, "Comandante Che Guevara")

Ojalá llegues a casa en solo cinco o seis semanas, que bueno sería que vibraras en mi calle como lo hago yo; como deseo transmitirte, a través de mis ojos, la locura de mi calle, el esfuerzo de sus gentes, la alegría de mi barrio...

Y tiene un corazón, dos iglesias, dos centros de salud, más de una docenas de autobuses que recorren a diario; dos guarderías, dos escuelas, un instituto; peluquerías, tres dentistas, dos parques y varias sucursales bancarias.

Unos cientos de comercios, dos moteles y la tienda "Zara" donde tanto presume el Pablo; cinco locutorios (de donde te llamo); agencias inmobiliarias; romances, pecados; escuelas para inmigrantes; cotillas de portería, divorcios, historias, niños con patines blancos; mulatas, catalanes, andaluces, gallegos y coreanos; esotéricos, criollos, un restaurante de México, "El hijo de la chingada", hindúes y algún borracho.

Y hasta tres bocas de metro, de todo tiene mi barrio.

Una celebración es mi vuelta, una festividad por lo alto!

Ahora espero que te vengas, para mi júbilo, mi alborozo y entusiasmo, sin bombillas ni banderas, sin colores ni guirnaldas, solo por tu presencia...

QUE DISTINCION PA MI BARRIO!!!



PD - Hace algún tiempo escribí un texto referido a unos ojos al azar, sin saber a que me refería exactamente.
Ahora se que nada hay como las pupilas alegres y cotidianas de mi gente.


Para Cristian y su pronta llegada a casa.