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Les platicare mi historia y tal ves me den la razón de mis palabras, o tal ves no y simplemente a media lectura romperán estas hojas, la aran bola echándola a un bote de basura, o la pondrán en cualquier lugar y se dirán en voz alta, “si que estaba loco”, pero para las otras personas, que no harán ni dirán nada, me comprenderán dándome la razón…

Todas la gente, no importa de quien se trate, se compartan como dos personas en un solo cuerpo, dos seres luchando por sobresalir y devorarse poco a poco. Uno es el peor de tus pesadillas representado por cada uno de tus errores y defectos, tu parte sádica y perversa, que se excita al mas mínimo dolor de los demás. La otra parte, que algunas veces se reprime por los deseos de su contrario, no dejándolo actuar como este se le plazca, es ahí donde habitan tus mas gratos sueños, no existe la maldad, y piensa que el amor tal vez exista… luz y oscuridad en un solo cuerpo, sin embargo, ahí momentos en que las tinieblas se revelan y se dejan llevar por el solo deseo, son esos momentos en que el cuerpo alcanza el tipo de placer, que te llegara, como la serpiente le dijo a Eva, llegara a convertirte en Dios.


Laura, nunca olvidare su nombre de eso si estoy seguro, Laura; sin lugar a dudas hermosa, piel y boca sabor a canela, blanca, exquisita, con un cabello de color tan oscuro, que a veces mis pupilas se dilataban al mirarlo. Tenia pequeños pies, pequeños senos, suaves delicados y aterciopelados; una delicadeza que ninguna flor jamás los retaría. Y su sexo, manantial de fantasías y sueños corrompidos, lugar de inocente perversión en la que los diablos y los Ángeles, bailan al compás de los gemidos y ojos negros, tan negros que te ahogabas en ellos, y tan profundos como un abismo… que si te mirara, simplemente te perderías. Así era ella, tal vez alguien común y corriente para todos ustedes y para todos los demás, pero ella era mía, yo era su dueño, es la única diferencia que pude tener con cualquier otra persona.

No, me equivoco, fue, es, y seguirá siendo mía, aun cuando yo muera, y será en ese entonces cuando por fin la reclame, y no estoy tan seguro que sea en el cielo.

Fui su amigo desde la infancia, siempre me atrajo física y y podría decirse que hasta emocionalmente, tenia algo extraño, y yo lo sabia, en alguna tiempo de su existencia, algo le habrá pasado, porque tenia un oscuro secreto que jamás me contó, en realidad nunca lo quise saber, pero este suceso la marcaría para siempre dejándola aturdida, quizás ese suceso libero a los demonios que tenia dentro y que jugueteaban con su mente y su alma.

Siempre me decía que estaba loca, que en la noche seres invisibles jugaban con su piel y su sexo, decía que la vida simplemente no valía nada, yo la escuchaba, pero mas bien hacia que le prestaba atención, era otro pretexto para mirarla y hacer que me tuviera confianza, no le di jamás alguna valor a sus palabras, solo quería estar con ella, acariciar esas rosadas mejillas, y de ves en cuando abrazarla. Debo confesar que esa atracción, era diferente a cualquier otra, atracción sexual… no era exactamente eso, era mas bien atracción muy erótica, con desbordamiento de pasión y de un poco de lujuria.

Mi error fue, reprimir esos sentimientos que tuve, simplemente quise ser discreto, pero cada vez me era mas difícil, porque cada segundo que estaba con ella, uno a uno de mis poros, cada uno de los centímetros de mi piel se estremecían y se hacían pedazos. Ya no podía mas, de uno u otra manera tendría que hacer algo, mañana tendría que ser, pero hoy la e notado mas extraña que nunca, vi sus ojos negros, tenia muy dilatadas las pupilas, y cuando estuvo conmigo no pronuncio ninguna palabra, solo recuerdo que me dijo que deseaba morir, pero como les había mencionado, jamás le di importancia a lo que me decía, mi objetivo no era escuchar, solo estar con ella y sentirla, pero ahora tendría que hacer un plan para el día mañana, porque mañana sabrá mis verdaderos sentimientos, no iba a ser una declaración de amor, era algo mas que eso, no lo podría explicar.

El día estaba predicho, me puse la mejor colonia que encontré, y debo mencionar que no era de ninguna marca, me mire al espejo, listo para echar mi suerte con Laura, ¿Cuál seria su respuesta? Después de que le diga lo que siento, pero de repente me quedo pensado en el día de ayer, la ultima ves que la vi, se veía tan mal, tan deprimida, y otra ves en lo mas profundo de mi mente se la imagina así, abatida y triste, melancólica y un escolafrio se apodera de mi, cuando acepto que era los momentos en que mi ser, tendía a excitarse.

El sol estaba por ocultarse, cuando por fin llegue, no estaba nada nervioso ¿Por qué habría de estarlo? Del algo estaba seguro, saldría de esta puerta, la que ahora estoy tocando con algo mas de lo que quiero, en ese momento tengo una gran punzada en al momento que estoy tocando la puerta, grande tosca y hueca, parecía que las polillas habían echo un buen trabajo. Pero laura no contestaba, hacia tiempo que se había venido a vivir sola, algo me contó que tenía problemas con sus padres, pero les vuelvo a repetir, nunca me dio importancia alguna.

Tengo 10 minutos parado en la puerta, se me ocurre jalar la perilla y me quedo sorprendido cuando esta se abre, asiendo el típico ruido que hacen las viejas puertas de madera. Entro sigilosamente, la casa donde vive era de su abuela… de solo acordarme de ella, me tiemblan todo el cuerpo, era una típica vieja loca, cuando todavía vivía, toda las noches se oían varios perros aullando enfrente de la puerta, no se, como si ellos vieran los espíritus que venían a reclutar a su alma, día con día se oían en casi todo el barrio, hasta que ella murió… y le heredo esta gran casa a laura.

El olor impregnado en el ambiente era muy raro, hacia un frió impresionante o quizás los confundo con estos escalofríos que de nuevo atacan mi cuerpo. Pero no veo a laura, le hablo, le grito varias veces, y decido buscarla, escucho unos gemidos de dolor en la cocina, y percibo un lloriqueo mudo

Envuelta en un manantial de sangre y su piel mas blanca que me lastimo mis ojos, tirada en el suelo, voltea su mirada hasta chocarla con la mía. Sus ojos grandes y negros envuelta en lagrimas me observaban, quizás estaba tan debilitada que ya no podía hablar, agacho la mirada para observar su cuerpo; jeans azules, con una blusa blanca, toda su ropa ensuciada de ese tiño rojo que el cuerpo puede desechar en cualquier momento, vi cual era el motivo de todo ese holocausto: se había cortado las venas, a su derecha estaba un cuchillo recién afilado.

Se preguntaran, ¿Cuál fue mi reacción? Me vino a la idea hablar a una ambulancia, a lo vecinos, pedir ayuda, pero una parte de mi corazón no me dejo hacer eso, créanme que quería ayudarla, pero hice lo que jamás a nadie se le ocurriría hacer en estos casos. La vi de principio a fin, me senté enfrente de ella, mis piernas se habían cansado. Y ahí estaba laura, agonizando, la sangre no paraba de emanar de su cuerpo, su sangre se deslizaba lentamente llegando hacia a mi, con un dedo la toque, estaba tibia. Ella solo me veía con sus ojos tan negros, no se si era de suplica por ayudarla, no se si era de arrepentimiento o si solo se estaba despidiendo de mi, había leído sobre otros suicidios y cuando se cortan las venas, tardan por lo menos 30 minutos en desangrarse y morir. Por la piel tan pálida que tenia, y la debilidad que ya no podía pronunciar alguna palabra, calcule que tendría no se unos 15 o 20 minutos. Le faltaba muy poco.

Mi cuerpo le ocurrió algo sumamente raro, y fui dominado, como si alguien estuviera solo jugando conmigo y con mis sentidos. Mi cerebro empezó a pensar y maquilar ideas. Ella, sola, tirada en el suelo y mirándome de esa forma, mi corazón empezó a latir mas de prisa, cuando vi tenia una gran erección. Involuntariamente mi cuerpo se empezaba a dirigir donde ella estaba tirada. Me acosté a su lado, toda mi ropa quedo ensuciada de su sangre, debo confesar que fue eso lo que más me excito.

Laura solo me veía, su mirada poco a poco se le estaba perdiendo, yo le agarre la cabeza y la empecé a besar el cuello, luego la boca, la tenia fría, mis manos por lo mientras continuaban el juego, y jugueteaban con su sus pequeños senos. Me tuve que detener un momento para quitarle su blusa blanca, todavía se encontraba conciente, pero de sus muñecas la sangre salía cada ves menos, laura se estaba vaciando, pero aun seguía viva. Sus ojos seguían abiertos, estoy casi seguro que estaba conciente de todo lo que hacia.

Estaba tan excitado como nunca antes lo había estado, ninguna mujer con las que anteriormente había estado me provocaba semejante placer, proseguía con las caricias de sus senos, tanta suavidad, tan perfectos, no demore mas y seguí con la siguiente parte, suavemente le quite sus jeans azules, rápidamente me percate que tenia pantaletas negras… buen gusto.

Seguía acariciándola, despacio, quería que ella también disfrutara, y que el placer no fuera solamente mió, generalmente no suelo ser egoísta, la besaba una y otra ves su ahora tibia boca, casi no se oía su corazón, pero sus ojos negros todavía seguían abiertos, la acaricia toda, su cuello, sus senos, su vientre, sus piernas, aun cuando la única cobija que teníamos, era su sangre. Note que algo nos estorbaba, esa pantaleta negra tenia que quitársela de una u otra manera, si no el acto que había empezado quedaría inconcluso, y así lo hice.

El cuadro perfecto, un mujer bella, pálida, desnuda en un charco de sangre, todo el cuerpo batido de ese licor rojo. Pero lo mas sorprendente de todo, es que seguía con vida, todavía tenia abiertos sus negros ojos, pero cada segundo su piel estaba mas fría, otra cosa que note fue que en su vagina se había lubricado un poco, queriendo decir que también lo estaba disfrutando.
Asi fue como termine el acto, no quería lastimarla asi que no lo hice tan violentamente, quería que ella lo disfrutara, poco a poco…

El placer era inmenso, sentí que mi existencia se iba junto con el orgasmo que tuve, en ese preciso momento, laura expiro su ultimo aliento de vida, quizás solo fui yo, pero juro que la oí gemir. Cosa irónica, el ultimo segundo de vida, fue el instante de su ultimo orgasmo.

Termine el acto, y todavía me quede con ella, ahora si estaba fría, volví acariciar por ultima ves su cuerpo, su cuello, sus senos, sus piernas, todo su cuerpo estaba frió, a excepción de sus sexo me di cuenta que el mió estaba totalmente manchado, había su sangre y nuestros fluidos mezclados en paz eterna, ahora el aire era salado, así estuve un buen rato, a lado de laura, y quise que esos momentos nunca terminaran, lo acepto, antes de irme, tuve que poseerla otra ves. Me pare, me puse ropa mancha de sangre.

Y traje estas hojas y empecé escribir esta historia, ahora en estos momentos ella, muerta y fría, esta tirada en el suelo, en mi mano izquierda tengo el mismo cuchillo que uso para hacer su transición a lo esperado. Ahora creo que es mi imaginación pero escucho aullar a los perros…

Señores… esta es mi historia, el hombre tiene dos seres en su cuerpo, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, no te reprimas de tus actos obscuros, no te avergüences de ellos, porque estos tarde o temprano te dominaran.

Así termino la historia, me darán la razón o me llamaran loco… no se, tal ves lo este. Por el momento es lo menos que me importa, es este momento el mas feliz de todos, usare el instrumento que uso laura, para reunirme con ella, lo mas seguro que este impaciente por verme llegar. Me espera en el infierno.

Fin

Texto agregado el 17-08-2005, y leído por 193 visitantes. (0 votos)


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