Me he sentado
A mirar
Como la muerte se cuela por la puerta...
Era el tiempo de las tardes violetas
Encendidas tras el tenue lamento
Del desacorde de tu boca.
Inimaginado te subiste
A mi barca, legendario Capitán
Y fue tan fácil
El remo entre la espuma
Y tu piel
Entre la sal
Y tus ojos
Desde el agua
a tu ancla...
Me he sentado
A esperar
El resabio de tu boca
Tras el aire tibio
En la guarida de tu espalda
Era el tiempo de los árboles
y manos
De soles y besos
Me he sentado esta tarde...
Tras tu nombre puro.
Texto agregado el 17-08-2005, y leído por 127
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