A pesar de dormir contigo no siento a nadie a mi lado en la cama. Tu respuesta me es insuficiente cuando te pregunto si me quieres y me respondes afirmativamente, mientras te giras hacia el otro lado con un simple claro.
Tal vez soy yo, no lo se. El caso es que no dejo de sentirme sola aunque te pases las horas a mi lado. Ya no te siento cerca, siempre cansado u ocupado para dedicarme una sonsrisa o un beso en la frente.
Tal vez te cansaste de seguirme por el sendero de mi amargura, quizá encontraste un camino secundario, donde la oscuridad y la tristeza no reinan y te hace sentir mejor.
Puede que la vida conmigo haya dejado de ser eso, una vida, y ahora estes buscando una nueva, donde el dolor y la muerte no acechen en las sombras, a la espera de un buen momento.
Tal vez te cansaste de ver la luna conmigo y ahora quieras ver los rayos del sol, a los que renunciaste en el momento de traspasar el umbral de mi amor.
Da la impresión de que necesitas volver al otro lado, no te culpo por ello, lo entiendo. Pero no entiendo que me abandones cuando, a mi modo, te lo he dado todo.
No puedo evitar el dolor que me produce tu marcha, pero no voy a detenerte, no suplicaré que te quedes conmigo aunque me muera por hacerlo.
Tú has decidido tu destino, ahora yo seguiré el mio. Ya nada impide que salga a la noche en busca de mi amada muerte, para acunarme en sus brazos en mi viaje eterno.
Siempre supe que acabaría así, por eso no quiero que cuando ocurra te sientas culpable de algo, habría ocurrido tarde o temprano, pero no lo habrías impedido porque yo elegí ese camino hace mucho tiempo, estar contigo sólo retrasaba mi partida.
Ya no tengo por qué esperar. |