PRE-MORTEM. ® 
 
 
 
Delgada muerte que pálida como tu hoz, 
Llegarás un día, déjame suplicar,  
Tan solo un deseo. ¡Quiero estar sobrio! 
Para agradecer tu ausencia. 
 
Agradecer al vino. A la palabra, 
Que sin ella nada existe, ni siquiera tú. 
Al cigarrillo, al tabaco a la pipa, 
Que libera mi espíritu del cuerpo cárcel, 
A la música, a la lectura, a la comida, 
A la ira y a la soberbia, 
Que me hicieron sentir vivo y disfrutar del viaje. 
 
Pero mas que a eso, a la mujer, 
Que reúne el opio del vino y el éxtasis de la música, 
A la mujer que su ausencia es como la misma muerte, 
Que la vida es como su presencia y su importancia, 
Como el de la palabra, sin ella nada existiría... 
 
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