Yo también sufrí como todo mortal caí al vacío del letargo apasionado mi cuerpo sintió el desengaño y el abrazo de la desilusión. Se embriagaron mis sentidos, arrastrándome con la pena y el dolor al limbo inmortal de Eros. Fui prisionero en el seno de cupido lloré libando el néctar de hiel extasiando de amarguras mi razón. Vi desembocar mis lagrimas al mar de un vaso órfico donde se reflejaba mi destino y una quiromántica descifrando cada una de mis paginas de amor. Yo también me vi caminando a orillas del precipicio de la locura.
Texto agregado el 16-08-2005, y leído por 127 visitantes. (2 votos)