Llórame los rios que hagan falta para inundar el mar de tu tranquilidad.
Mis cenizas, otrora intergalácticas, son ahora demasiado terrenales.
Ya vuelvo a brillar como la estrella que una vez fui, esta vez inmaterial.
Texto agregado el 16-08-2005, y leído por 247
visitantes. (3 votos)