En un mundo muy especial donde prima la cibernética, donde las vías de comunicación mantienen la información actualizada cada segundo y donde al mismo tiempo uno de los mayores problemas es la dificultad para relacionarse con un otro, habita un hombre también muy particular.
Son representantes del sexo masculino que viven colgados de un amor platónico añorando aquella perfecta doncella que conocieron en su etapa infantojuvenil y que no puede compararse con las mujeres que conocen hoy en día. Se presentan como un romántico empedernido a través de mensajes telefónicos o por chat pero ante la posibilidad de contacto real son 100% fóbicos al encuentro con el sexo opuesto.
Poseen una teoría cuasi perfecta sobre la pareja que ansían y por momentos quedan ensimismados en su proyecto y / o deseo de familia sin percatarse que el paso más importante es poner manos a la acción.
Critican a las Evas que aceptan cualquier Adán que se cruza en su camino ante el miedo de ser solteronas pero ellos piensan el “asentar cabeza” en función de la edad que consideran perfecta para ser padres no tan viejos. Ese pensamiento sobre la pareja tampoco es por la madurez de una relación lo cual sería el único motivo real, o con posibilidades de éxito, para llevar dicha relación a un plano más formal y duradero.
Dicen desear una mujer emocionalmente madura a la cual les cuesta encontrar... pero van a buscarla a la disco donde la madurez no supera los 18 años de edad.
Cuando su mira hace blanco en una venusiana pueden resultar muy perseverantes desplegando su discurso sobre el amor que les gustaría encontrar, sacan a relucir sus herramientas de seducción, sus sueños de enamorarse verdaderamente y demás. Pero cuando dicha representante del sexo femenino se rinde a sus encantos haciendo notar que Cupido está de su lado no tarda en llenarse de dudas, lo invade la confusión, de repente ya no sabe qué quería y una supuesta crisis existencial empieza a formar una barrera que detiene el proceso de conocimiento mutuo (“Un osito de peluche de Taiwán?”...) Que tienen mucho trabajo, que las reuniones de amigos son tradición de muchos años, que los partidos de fútbol... Cupido pasó de largo?
Y pasan sus días aturdidos por el trabajo, el alcohol, las salidas, los “touch and go” y el proyecto de asentarse o de una compañía real sigue postergado.
Miedo a hacerse cargo de sus sentimientos, temor a resultar heridos, no poder comprometerse con alguien en el sentido más básico de la palabra (o sea, lejos del casi prohibido concepto de matrimonio), dificultad para acercarse a una mujer sin que los juzguen por malintencionados o el plegarse a la moda de lo superficial serían algunas de las hipótesis por las que los hombres pueden adherir a este modelo de los nuevos tiempos... Lo más cercano a la verdad , quién podrá adivinarlo!
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