Es bueno estar solo. Definitivamente estoy de acuerdo en que el hombre es un ser social, necesita a la sociedad para realizarse. Sin ella no puede explotar la enorme capacidad que tiene para el trato social, vease amor, amistad, cooperación de cualquier índole (trabajo, ocio, etc.). Es claro que el hombre es feliz estando acompañado, prueba de ello es que apreciamos más al perro que al gato. Me explico. El perro quiere nuestra compañía, nos busca, nos reclama, en definitiva demanda nuestro cariño y eso nos gusta. Veo obvio que muchos de los que tienen perro lo tienen por que en su vida no hay una persona así. Suplen con el animal lo que no reciben de una persona. Con el gato eso no pasa. ¿Quién querría como amigo a alguien que solo viene a casa a comer y solo muy de vez en cuando reclama alguna caricia? De ahí que amantes de gatos haya los justos.

Dicho esto, pienso que es necesario pasar un tiempo en soledad. La soledad te fuerza a pensar, para aprovecharla bien se tiene que saber en que pensar y sacarle todo el partido posible. Si lo haces te conocerás a ti mismo (suena a Confucio pero no deja de ser cierto). Si encima se tiene la suerte de poderse observar en calma y con perspectiva (no todos pueden) se puede evitar reincidir en viejos errores y se gana calidad humana. El estar solo en el banco de un parque, en el sofá de casa o frente al mar (mi favorito) es realmente gozoso si uno lo elige, sin embargo, si no es por haberlo elegido hay que utilizar esta soledad para el autoanálisis. La sociedad es injusta, eso no se le escapa a nadie, pero una soledad forzada suele ser culpa del individuo y muy perjudicial para su felicidad. El solitario feliz es siempre voluntario, nunca forzado.

La soledad es como la medicina, tiene sus peligros. Hay que vigilarla o te puede llevar por caminos equivocados. Cuando uno elige subirse al carro de la soledad tiene que tener cuidado con el camino que sigue. Son muchos los senderos erróneos como el de la melancolía, el de la tristeza o el que te torna en huraño siendo este último el más peligroso pues es camino solo de ida. El que se convierte en huraño difícilmente regresa.

Se puede ser hoja en otoño y danzar al compás de la brisa o se puede ser faro en la noche frío y eterno frente a las gaviotas que le rodean. Es cuestión de actitud, es cuestión de carácter, es cuestión de conocerse. Es una elección,... ¿¿lo es??.