Esperas desde la copa del árbol
la llegada de la señora Luna,
dedicándote una sonrisa dulce, esperanzadora,
no falta mucho, estará al caer.
Ves el horizonte brillar color naranja brillante,
ahora el Sol se esconde, en el fondo sabes que la Luna no tardará en presentarse,
con su séquito de estrellas.
Noche estrellada, observas como caen perlas desde un árbol, aquel niño está llorando,
vuestro brillo se hace tenue,
el amante presente y la amada escondida.
Un fulgor se acentúa en tu interior,
Luna y Sol juntos, de nuevo.
Esperaste cual princesa espera su principe azul,
cual amor espera ser correspondido...
Maldices tu corazón, por enamorarse de la luna
en vestido en plata, el eclipse deja escapar su resplandor por los resquicios, cegándote,
ya nada te duele, ya nada te proporciona placer,
Ya nada quieres, ya a nadie amas...
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