Tras las mascaras del baile rojo
Los rostros de los pecadores
Esconden su vergüenza
Rechazan las verdades y venden sus herencias

Siguen el ritmo sucio de las melodías tristes
Y al compás de su deshonra fingen su alegría
Rostros mutilados por el día a día
Vidas agotadas por la fantasía

Mundos vacíos llenos de agonía
Imágenes perdidas, borrosa estadía en el país de la maravilla
Almas amargadas buscando la derrota de sus compañías
rojas de infierno, simples con osadía

Escogen al débil para sus juegos
Usan su cuerpo y enlodan su mente
Gozan con sudor
Engrandecen con su humillación

Controlan su agonía
Paso a paso lo llevan al vacío
Aprovechan de su cuerpo
Se excitan con su lagrimas

El alma débil se vende
Abre los ojos, pero estos están vacíos
Son solo un profundo hueco, hediondo y oscuro
Los pecados nadie los olvida…