Al acercarse le vieron llorar,
le acompaña el llanto de un país vecino,
no se atrevieron a preguntar,
pues ya conocen ese, su destino.

Le alcanzan hojas y un par de letras,
él hace de ello, lo que yo le escribo,
escribo y pide que me siente,
que lo haga,
sobre destinos desconocidos.

Su llanto murió lejos de su hogar,
se ahogo en un charco vecino,
En un florero me vieron colocar,
el polvo de ese, su destino.

14/08/2005