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Serenata

Menos mal que invariablemente tuve suerte con las mujeres, porque Maria Santísima se sentó a mí derecha durante el examen de admisión y me soplo una por una, todas las respuestas al cuestionario… lo cierto es que se presentaron otros cuchocientos mil postulantes y solo ingresamos a la facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional de Ingeniería, seiscientos veinte triunfadores.

Yo había derrochado todo Febrero y parte de Marzo de 1956, estudiando en la Academia de Preparación Universitaria Ricardo Palma, el curso de preparación acelerado que cuando menos me permitió familiarizarme con los cuestionarios de preguntas de múltiple respuesta y un día en camino a la academia casi ser arrollado por el amor de mi vida, un Ford Thunderbird Cabrio, 1956; que nunca pude poseer, después he tenido varios Thunderbird pero 1956… nunca. Claro que también estuve enamorado de Marilyn Monroe y ella tampoco durmió conmigo, aunque una noche casi la violo a mano… la hubiera hecho feliz.

Se cumplieron los dos años de la familia en Pacasmayo y el carretón con el mismo caballo percheron de siempre, nos traslado de vuelta a Lima, en el sendero perdimos algunos muebles, rompimos algunos espejos y dejamos atrás parte de nuestra vida… recuperamos nuestra casa en Jesús Maria, parecería que los Gitanos habían sentado cabeza.

Mi existencia se empezó a complicar, asistir a la Universidad cinco días por semana, ocho horas diarias y labores que completar en casa, la movilidad era un verdadero problema, autobús con trasbordo, ya no estaba en Tingo Maria o Pacasmayo donde las diarias distancias no eran un problema; solución el carro propio. Con Dante un compañero de estudios, compramos a medias un Ford Coupe 1938, dos puertas, motor V8 de 40 caballos por 3,000 soles; en lo que es la maletera de los carros modernos, había un asiento adicional que fue remplazado por un colchón, el respaldar del asiento del conductor fue modificado para pasar gateando al espacio posterior y su colchoneta, la entrada era arrastrada, pero la privacidad lo justificaba todo, en el Autocine era perfecto para no ver la película. Nos turnábamos para su uso, pero pronto se hizo evidente que el arreglo no funcionaba, los dos necesitábamos el coche en los mismos momentos y tal vez con la misma chica; uno de los dos tenia que vender, a las finales vendimos los dos, Dante su Motocicleta para pagarme mi parte y yo mi interés en el carro.

Los sábados y domingos yo trabajaba de 11:00 AM hasta las 8:00 PM en el Jockey Club, computando apuestas, ganaba cien soles por día, pero mi vida social era una ruina, solo tenia los sábados por la noche para buscar una fiesta donde jabonarme con alguna chica al bailar, Alberto un buen amigo que conocí en Pacasmayo era Cadete de la Aviación, el y su grupo de amigos, siempre tenían una fiesta donde ir invitado o de mandado.

Al terminar el año lectivo en la Universidad, yo tenía la calificación necesaria para seleccionar la Facultad de Mecánica, lo que planeaba hacer y empezaron las vacaciones de verano, Verano siempre tuvo un atractivo muy especial para mi, siempre me dejo una gran experiencia y este no tenia porque ser diferente.

Armamos la carpa del Gitano en el balneario de Pucusana en el sur de Lima, donde alquilamos una casita por la temporada… Pucusana era una bahía pequeña, rodeada de cerros y enclaustrada por una isla que la aislaba del movimiento de las olas, convirtiéndola en una verdadera taza de agua, quedaba pasando Lurín donde el Restaurante Primavera de la tía Isolina seguía funcionando, pero ya no era el mejor, Sabino había muerto de cirrosis y la carretera Panamericana ya no pasaba por el centro del pueblo.

Yo pasaba la semana en la playa semidesnudo en ropa de baño, correteando chicas y grandes… tuve enamoradas y amantes pero es no viene al caso en esta historia, también me la pasaba jugando fulbito en la arena, con los hijos de la tía Rosa Elvira, primos putativos de muy buen corazón y pescando desde el muelle o en bote, atrape un bronceado a todo dar, que lucia muy bien cuando curaron las quemaduras por efecto del sol, los sábados regresaba a Lima para ganarme los doscientos soles del Jockey Club, el domingo en la noche estaba nuevamente luciendo mi pinta en la única calle que bordeaba el mar o saboreando un chilcano de Guinda en la tienda de Changuito.

Pero el día que justificaba todo era el Viernes, el Chato Medina llegaba de su trabajo en las Empresas Eléctricas a las siete de la noche, después de cinco días viviendo solo en Lima, besaba a sus tres hijos y a su mujer Juanita, que era una santa para vivir con un jaranero como el, sacaba la guitarra Falcon y nos íbamos de serenata… Esto de la serenata es mas fácil decirlo, que hacerlo… teníamos que buscar a una dama que cumpliera años el sábado… las mujeres son mas fáciles de abordar y les gusta ser celebradas, nuestro radio de acción incluía todas las playas de las inmediaciones, el problema era encontrar alguien que conociera a la dueña del santo y si no íbamos a lo macho, sin conocer a nadie… abordábamos la camioneta Edsel del cabezón y por ultimo a las doce de la noche.

♫♪ Estas son las mañanitas que cantaba el rey David
A las muchachas bonitas, se las cantamos aqui,
Hoy por ser el día de tu santo, te las cantamos a ti
Despierta mi bien despierta, mira que ya amaneció
Va los pajaritos cantan, la luna ya se metió

Que linda está la mañana yo que vengo a saludarte
Venimos todos con gusto y placer a felicitarte
El día en que tú naciste, nacieron todas las flores
En la pila del bautismo cantaron los ruiseñores
Ya viene amaneciendo ya la luz del día nos vio
Levántate de mañana mira que ya amaneció
♫♪

Siempre nos abrían la puerta, siempre mataban a un plumífero, para hacer un aguadito de gallina o un arroz con pato y nunca faltaba una botella de pisco y harta cerveza, el Chato Medina era muy bueno tocando y cantando con voz aguardentosa toda la música criolla, se sabia todos los Valses conocidos y por conocer, porque tenia sangre dulce, caía bien en todas las casas y en todos los estratos sociales.

♫♪La noche cubre ya , con su negro crespón,
de la ciudad a las calles que cruza la gente con pausada acción,
La luz artificial, con débil proyección,
propicia la penumbra que esconde en sus sombras venganza y traición.
Después de elaborar, vuelve a su humilde hogar

Luis Enrique el Plebeyo, el hijo del Pueblo, el hombre que supo amar,
Y que sufriendo está, una cruel decepción
de amar a una aristócrata siendo un plebeyo él.
♫♪

Y la dueña del santo atareada, metida en la cocina espulgando el arroz, cocinando el arroz con pato o el aguadito a punto de parida, mientras los hombres bebíamos cerveza o pisco, conversábamos de política o de mujeres y cantábamos música del ayer.

♫♪Si tú me quisieras,
yo te haría un nido con alas prestadas de mil mariposas,
buscaría un valle tranquilo escondido,
donde duerma un río y no mueran rosas
♫♪

Ya en la madrugada, nosotros de regreso a Pucusana a dormir para el fin de semana seguir con el dulce hacer nada, para ellos… yo tenía que ir a Lima a trabajar… Y la dueña del santo a limpiar los destrozos de la casa sin siquiera haber gozado de su fiesta.

Pero lo bueno dura poco; un viernes de Marzo nos encontrábamos en el bar de Changuito, tomando unas guindas, el cabezón, yo y Alberto, el gordo Lucho vino con la gran noticia, era Santo de una señora en Piedras Negras y el era amigo del marido que quería una serenata para su mujer, ya había comprado los bebestibles y en su gallinero se criaban todo tipo de aves de corral, cuando se aparece el Chato Medina que recién llegaba del paradero de ómnibuses y se arrima al grupo al enterarse de la buena nueva mostró su entusiasmo y nos dirigimos a su casa por la Falcon… desde afuera llamo a su mujer, que estaba en el segundo piso.

Juanita!... ábreme la puerta por favor, para sacar la guitarra que me voy a dar serenata.

◙ Este hijo de puta, ya me tiene cansada con sus serenatas, ni siquiera ha besado a sus hijos, hace una semana que no duerme conmigo, recién llega, ni siquiera sube y ya quiere irse.

- ¡Yo te la bajo, no te preocupes! Respondió Juanita.

Y Juanita bajo… abrió la puerta y cometió la acción mas alejada de lo que podia esperarse de una santa… le puso la guitarra de gargantilla a el Chato Medina, después de incrustársela por la cabeza, la sangre le chorreaba por los cortes de las orejas, tenia la Falcon embutida hasta el cuello, las cuerdas saltadas de sus enganches, la madera del vientre de la guitarra, que por suerte es bien delgadita rota a pedazos; por supuesto esta acción arruino la Falcon y mato por siempre nuestras serenatas.

A el Chato Medina no se le volvió a ver por Pucusana esa temporada y yo particularmente nunca mas supe de él.

Texto agregado el 25-09-2003, y leído por 764 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
29-09-2003 Por momentos me gusto, pero debo decir que note que le faltaba algo, sobre todo al final. Un saludo. lady_blue
26-09-2003 Este tiene una beatitud admirable. Es ligero y tibio, como las pantunflas. Se abre como florece una rosa: en cámara lenta, para largar unas intactas sensaciones doradas. ¿Que ha sido del Chato Medina? ¿acaso un compositor de piezas para orquesta y percusión?. ¡Te mando un saludo ElTigre, amigo! PotroCiclico
26-09-2003 Parti al reves con la historia...pero, que diablos...a pesar de estar ligadas, cada historia es unica de por si... Que manera de relatarnos sus andanzas...cuantas locuras...esos es vivir!!! Y por cierto, que habilidad para compartirnosla en letras y poder sentirnos casi partícipes de las historias misterioso
26-09-2003 Suerte en verdad!!! Jaja. No es imaginación mi señor, buena memoria tal vez, pero lo que usted tiene seguro es talento, me encantan sus historias. Vaya juventud la suya, si yo fuera juanita jaja no vive para contarla!!! Como siempre mi señor mis aplausos y estrellas!!! Bjork
25-09-2003 he tenido varios Thunderbird pero 1956… nunca. Claro que también estuve enamorado de Marilyn Monroe y ella tampoco durmió conmigo, aunque una noche casi la violo a mano… la hubiera hecho feliz. " Esa frase es de colección Tigre. Como en cada parada, beber un refrescante trago de tu vida, es siempre una delicia. Gracias por compartirlo. un beso para ti y dos para Laly hache
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