Frió pensamiento enredado en las larvas de una lápida,
húmedas paredes de entorno asfixiante,
donde los rayos de la luna no penetran.
Una oscura soledad, se encuentra olvidada.
Enterrado el recuerdo de tus sucias manos sobre mí,
la tristeza que tus sombras distorsionaron.
Maldito ser putrefacto ¡tú me mataste!
Y aún así, sigo aquí, tan apasionada como ayer,
tan greñuda como siempre.
Una imaginación,
que no es más que el reflejo de mis fantasías,
se vuelve real, un miedo se abstracta de mi,
una soledad deja de ser por un instante.
Una bofetada a mi frustración,
un renacer para mis alas marchitas.
Y aún así, me llena de nostalgia el no poder quedarme,
el no ser estática.
El terror de este oscuro lugar, donde puedo percibir
un llanto que me disloca la razón (salgo de mi alma).
Tan sólo mi cuerpo con ojos húmedos.
Nada en el entorno y en la lápida,
tan sólo un poema en memoria.