No se si el generoso lector de estas líneas, alguna vez, durante su tiempo escolar, tuvo a fuerza que tropezar con el libro del uruguayo Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, en la mayoría de ocasiones, ofrecido como lectura obligatoria, que determina un desinterés general en una edad prematura para comprenderlo. Pensando de manera optimista, asumiré que como latinos que somos y con las posibles ansias de entrar al poco conocido mundo de los intelectuales con un buen comienzo que se palpa en la participación en esta página, nuestros ojos (y me incluyo) se tropezaron alguna vez con sus líneas y para refrescar sus ideas, me tomo el atrevimiento de reproducir algunas que me llaman la atención, no sin antes aclarar que este libro tuvo su primera edición en 1971, cosa que va a colación luego de una pequeña conclusión:
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“Josué de Castro declara: “Yo, que he recibido un premio internacional de paz, pienso que, infelizmente, no hay otra solución que la violencia para América Latina”. Ciento veinte millones de niños se agitan en el centro de esta tormenta.
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Todo esto viene a que el subdesarrollo ha permitido la falta de conocimiento de algunos métodos de planificación. El autor analiza de donde viene ese interés de la consabida planificación familiar y devela que, como transcribe en su libro las palabras de Josué de Castro, el exceso de población en América Latina desembocará en REVOLUCIÓN. Una revolución que para nada le conviene a la gran potencia que ha manejado los hilos de América Latina desde lo económico hasta lo político, dándole garantías a algunos de nuestros (cortos de vista) políticos que han vendido leyes por puestos en otros estamentos mundiales. Ese temor de una posible revolución por sobrepoblación, determina entonces que planeen un método para evitar la sobre población y así la revolución.
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“Los Estado Unidos no sufren, fronteras adentro, el problema de la explosión de la natalidad, pero se preocupan como nadie por difundir e imponer, en los cuatro puntos cardinales, la planificación familiar. No sólo el gobierno; también Rockefeller y la Fundación Ford padecen pesadillas con millones de niños que avanzan, como langostas, desde los horizontes del tercer mundo.”
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El mismo autor se aventura a declarar que este método es matar al posible revolucionario que se levantará contra la fuerza opresora, todo gracias a que son muchos los que sufrirán las penurias del hambre, y que es ella misma, el hambre, la que empujará a buscar un bienestar.
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“En América Latina resulta más higiénico y eficaz matar los guerrilleros en los úteros que en las sierras o en las calles”
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En este punto debo aclarar que no soy comunista, que no estoy alentando a algún lector desprevenido a que vea en mi intención la de convertirlo a guerrillero y para dilucidar sobre este punto, debo decir, según mi propio pensamiento, que la guerrilla que conozco, se ha venido alimentando de lo poco que ha recibido de los Estados Unidos y que por ese poco conocimiento, ha descubierto que su lucha de años, puede direccionarse hacía la capacidad de conseguir, a través del miedo, recursos para una vida placentera, a la que han renunciado sus otros compatriotas, por dejarse consumir por un sistema no inventado por ellos mismos y al que están totalmente sometidos. Ella, la guerrilla, se ha convertido es un poder más que quiere someter a través del terror. Volviendo al tema, este hecho que ha denunciado Galeano, podemos palparlo actualmente. Transcribiré, para el conocimiento de lector, un artículo publicado en la página http://www.vidahumana.org/news/poblacion_dic98.html muy concordante con el tema expuesto:
América Latina -- la población del continente está envejeciendo
El pasado 3 de diciembre, El Nuevo Herald, un diario en español de Miami, publicó un artículo del periodista argentino Andrés Oppenheimer con el interesante título: "América Latina se está poniendo vieja". El autor afirma que según "el Departamento del Censo de Estados Unidos, el número de latinoamericanos mayores de 60 años se duplicará para el 2025". Y luego añade: "En algunos países que están envejeciendo a un ritmo acelerado, como Cuba y Chile, habrá más gente mayor de 60 años que jóvenes menores de 15 años para esa fecha".
¿A qué se debe este peligroso envejecimiento? Oppenheimer explica que "la población actual de América Latina vive casi veinte años más y tiene la mitad de los hijos que tenía en la década de los 60, según un estudio similar dado a conocer recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL)." El autor cita a Juan Chackiel, jefe del departamento de demografía de la CEPAL, quien afirma: "Habrá menos gente joven para ocuparse de las personas de edad". En efecto, cuando una sociedad envejece durante un tiempo considerable, la pirámide poblacional se invierte: la base, compuesta de gente joven en la fuerza laboral y pagando impuestos, se hace más pequeña que la cúspide, compuesta de gente mayor de 65 años, por lo general ya retirada. Los problemas socioeconómicos que surgen son evidentes.
El artículo de Oppenheimer, sin embargo, no explica el porqué las familias latinoamericanas tienen ahora la mitad de los hijos que las de los años 60. Nos permitimos responder a ese interrogante: el ya mencionado fenómeno se debe a las intensas campañas de control demográfico, que se llevan a cabo por medio de anticonceptivos (de los cuales los principales son abortivos) y de la esterilización, a veces practicada de forma coactiva. Entre las instituciones que apoyan o han apoyado estas campañas se encuentran ciertos organismos de las Naciones Unidas (ONU), la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID).
Con esto podemos concluir, que otro ardid del que hemos sido víctimas, se ha consumado sin el menor conocimiento de serlo. Si alguna vez, hemos visto con rabia, que lo que en otros países es común, como la educación hacía una investigación y crecimiento social, en el nuestro es sólo un sueño. Esta trampa, esta telaraña que han tejido a nuestro alrededor para apaciguarnos y dormirnos sin ver más allá de nuestros propias narices, cada vez nos apreta más y llegaremos a ser tan pocos que entregaremos con los brazos arriba, toda la riqueza que sólo en nuestros países latinoamericanos existe, riqueza que también la constituye nuestros cerebros latinoamericanos, que actualmente son los únicos en todo el mundo a los que le damos la característica de fugados.
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