Estimado diario, hoy fue un día gris, con grandes nubarrones amenazadores de lluvia brava y torrencial.
Como cada día salté de la cama y recorrí apresuradamente la distancia que me separaba del baño, preaparé la ducha y cubrí mi cuerpo con fragante espuma anaranjada, sujete mi rubia cabellera en una coleta picarona, me calce las botas de cuero sobre las medias negras y enrejadas y me puse el vestido gris y blanco que tanto me gusta.
Retoqué mi rostro con maquillaje tostado melocotón, los labios con seda roja y las pestañas de azul noche.
Llegó la hora del trabajo, ¡de coger el maldito atutobús!, ese que siempre pasa tarde o que no llega.
-¡Será posible que ese tipo me esté mirando así, como si yo fuera un pastelito de fresa!
-¡Lo que faltaba justo se situó detrás mia, esto tiene mala pinta, no me gusta ni un pelo!
-¡Será going, going!, se hizo el distraido y con la confusión de la parada se me hecho encima!
-jajajajaja, no sabe lo que le espera.
-Hummmm, si ahora es el momento justo, ahora en este preciso instante.
El frenazo en seco, un paso atrás, dos, tres---
-jajajajaja, creo que mi tacón se situó justo encima de su pie, ¡ahora sólo falta que tenga un juanete!
-Ahhhhyyyy---señorita me ha pisado
-¿qué lleva en las botas clavos?
-Uffffff, tendré que disimular, si descubre que estaba deseando oir su alarido, es capaz de cualquier cosa.
-Señor lo siento mucho, usted ya sabe lo que ocurre en estos autobuses, los frenazos son terribles, ¿le he hecho mucho daño?
-Jajajaja, y el muy tonto se lo ha tragado, ahora me sonrie como un cordero degollado, seguro que es un ligón playero.
-No, no pasa nada, con esos pies me puede pisar lo que quiera.
-¿Cómo dice señor?
-Creo que no le entendí bien
-Será sinverguenza, seguro que ahora utilizará alguna técnica playera, ni siquiera le afecta que sean las seis de la mañana, con el sueño que tengo yo.
-Señorita ¿la puedo invitar a un café?
-Lo sabía, esa técnica está pasada de moda, no tiene imaginación.
-No, gracias, no tomo café por las mañanas
¿Un chocolatito?
¿Una tila?
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Esto es terrible, este tipo es mi dolor de cabeza vespertino, me asaltó por sorpresa.
-Hummm, otro frenazo, volveré a repetir la operación.
Un paso atrás, dos, tres----
-Ahhhyyyy--- lo ha vuelto a hacer señorita, me ha vuelto a pisar.
-Jajajaja--- me dijo que podia pisar lo que quisiera, ¿lo recuerda?
-Señorita ¿no se estará burlando de mi?
-No, señor por favor ¿cómo puede pensar eso?, sería incapaz de hacer algo así.
-Mi parada señor, tengo que apearme, le recomiendo que sumerja los pies en agua templada con sal, disculpe si lo pisé, usted ya sabe lo que ocurre con los autobuses, las paradas, los frenazos.
Mi estimado diario, me bajé del autobús y allí se quedó, mirándome con dos ojos como dos bolas de billar, no se que pasará mañana si vuelve a aparecer, jajajajajaja.