Algo perplejo, una mañana vacía de tinta
Me puse a buscar para entender
Yo, que de buscar, buscar, no busco nada
Sin encontrar, de la poesía, yo, nada.
Y Comencé por revisar
En donde más, en los poetas
Y debo aceptar que solo encontré
-Sí rima ha de ser verdad-
Confusión y letras.
Busque en los dioses
De la montaña, del cielo y mar
Del vino y la caña,
Y solo encontré en su religión
Un montón de nada
Cubierta eso si, de una finísima capa de chocolate blanco.
Después busqué en la soledad
Ahí encontré reflexión y calma,
Busqué en el corazón
En el tuyo que es el mió
En el mió que es tuyo
Y encontré un poco de inspiración y lágrimas
Pero de poesía, yo, nada.
Después visite a los amigos,
Nos pusimos hasta la madre
Reímos y cantamos, cantamos y reímos
Encontré complicidad y compañía
Y un poco de sinceridad
Pero de la poesía, yo, nada.
Entonces me sumergí entre los recuerdos
De tantas que extraño y no me extrañan
De tantos que hablo y no me escuchan
De tanto embustero y burócrata corrupto
De tanto ignorante armado
De tanta pólvora quemada en infiernitos.
A la mañana siguiente
Desperté algo desvelado
Fui al baño
A cagar y a lavarme
Me cepille los dientes,
Hice el amor con mi mujer
Y nos fuimos a la calle
Ella a trabajar, yo apurar mis asuntos
¡Que como carajos se dilatan!
Comí en un puesto de la calle
Una torta de lechón,
Platique con un juez de lo civil
Después con un albañil,
Hable por teléfono con mi madre,
Y ahora estaba preparando un memorial,
Y sigo sin encontrar, sigo sin entender
¡De la poesía, yo, nada!
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