Cuando un payaso escribe sobre su oficio es fácil identificarlo pues refleja de manera inconsciente las piruetas y visajes para dar pistas o un relieve que lo relacionen con su profesión, y lo traslada al movimiento en que se mueve físicamente, y consiguientemente demuestra que le gusta la pantomima. La pantomima de un payaso se asemeja a la de un mimo ( Marceau , por ejemplo ), son cuadrados los movimientos pues se necesita que se vean a gran extensión y su objetivo es llegar hasta la ultima gradería. Solo el que utiliza este efecto ( lo debe de utilizar ), sabe que se necesita un esfuerzo ingente para mantener el grado de espíritu acorde a la inspiración, mas todavía cuando el auditorio no responde, y uno se ve en la penosa necesidad de sonreír sin chiste, ( mencionando esto se me viene un dicho a la cabeza que oí desde niño y no recuerdo su autor pero reza mas o menos así, ( no he tenido la suficiente vida como para comprobarlo aunque talvez alguien ya se haya aprovechado de mi ignorancia )) pero de todos modos ahí les va “No tomen la vida tan en serio; se van a reír de ti de todos modos”. No es nada fácil, y las lagrimas de un payaso reflejan no tanto como toda la gente piensa, “debe de sonreír en pro del espectáculo aunque por dentro estén tristes”, sino por “el ardua tarea que debe de llevar para que se entienda o comprenda que es ‘ser’ un verdadero payaso”, lo triste es que esta verdad solo la comprenden los malos payasos, es decir, los que no gozan con su oficio. Es decir ( nuevamente ), nunca traspasaran las fronteras de la historia llevando sobre sus hombros el peso de la alta calidad.

Ser payaso es difícil, lo malo es que un payaso altamente cualificado debe de traspasar los limites de la mediocridad y poseer un genio innato o…simplemente pasara como un payaso, como lo conoce todo el mundo.

En mi inconsciente siempre quise desde niño ser un payaso.

Tal vez por eso me caían tan mal, pero después descubrí que lo que no soportaba era cierta mediocridad de espíritu, y como el bueno de estos espécimen ( el payaso ) no en extinción ( aunque confieso y admito que hoy a mi edad adulta no he tenido ninguna prueba convincente como para haber garantizado mi buen desempeño como uno de ellos), pues siempre va a nacer alguno por ahí, aunque cada vez son mas raros pues el alma cómica se debe de mantener a fuerza interna para poder sostener ante los demás y, tropiezos de uno mismo. Lo mejor para el frustrado niño es ser honesto y ahora lo suelto sin ningún rencor y pregono abiertamente: uno de los primeros juegos que verdaderamente goce fue el que ya mencionamos anteriormente: la pantomima, y ahí descubrí que el payaso era el que mas se acercaba a la actuación cómica y mas tarde ya de adulto, como nadie me había explicado de niño lo que implicaba ser uno verdadero, pude comprender mi desasosiego y encontré un significado muy particular sobre mis propias lagrimas: Las de una vida triste por no haberme dedicado a mi oficio de profesión.

Ser payaso es un oficio complejo ya que si uno no conoce su alma, nunca podrá llegar a ser uno bueno, y como conocerse desde Sócrates a sido una dificultad, conjeturamos que esas lagrimas de este personaje, el cual debe de exigirse demasiado para solo por si mismo comprenderse y trasladar a su auditorio una risa de unos pocos segundos o dedicarlo a un publico aun no adulto o, como diría Ortega y Gasset : “el hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige mas que los demás aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores, en el libro rebelión de las masas”, y cabal rima con los esfuerzos de los payasos. Los ‘buenos’ son lo que sufren, actúan y no se les comprende, los “malos” los que solo actúan y no tienen la capacidad de esforzarse y llevan la petulancia por encima del humor mundano al tratarla inútilmente de convertirla en arte, y los de la tercera categoría: los que no saben que son unos payasos son verdaderamente ‘payasos’, y al final todos de alguna u otra forma han invadido nuestro recinto de niños con vestimentas e indumentaria muy poco selectas o como lo diría Potrilla_Tracia en ‘cronicas de un payaso III: “ese horrendo maquillaje tan repetitivo y esos pantalones a cuadros de mil colores”

Antes de completar estas cortas reflexiones se que no es una caja de Pandora, pero así como complejo, es verdaderamente maravilloso poderse expresar en cualquiera de la gama de las mímicas humanas

Les dejamos a continuación un extracto del párrafo de Heinrich Boll ( Nobel Alemán ) : el reidor, autor del libro ‘opiniones de un payaso’, léanlo, gócenlo y después cierren el telón y regresen a su rutina diaria.

“Cuando me preguntan por mi oficio, siento gran confusión. Yo, quien todo
el mundo considera hombre de una gran seguridad, me pongo colorado y
tartamudeo.
Envidio a las personas que pueden decir: soy albañil. Envidio a los peluqueros,
contables y escritores por la simplicidad de su confesión, pues todos estos
oficios se explican por si mismos y no necesitan aclaraciones prolijas. Pero me
veo obligado a responder: soy reidor. Tal confesión implica otras preguntas, ya
que a la segunda: ¿ Puede usted vivir de ello?, he de contestar con un sincero –Si-…,...”

Hasta pronto.

O como lo diría un Jim Carrey en The Thruman Show:

“muy Buenos días, muy buenas tardes y muy buenas noches”