-¿La estación de trenes?
- No, creo que se ha equivocado.
- Ahhh, le ruego me perdone…
…………
- ¿La estación de tren?
- Creo que se ha vuelto a equivocar
- La leche, perdóneme de nuevo…
- No se preocupe…
………..
- ¿Si, dígame?
- Me va a perdonar, pero creo que me he vuelto a equivocar. Lamento molestarla.
- ¿Qué se le va a hacer?...
- Es que me han dado este número en información
- ¿Cuál es el número que le han dado?
- El noventa y seis, treinta y cinco, treinta y tres, setenta y cuatro…
- Pues es cosa de locos, mi número no se parece en nada, debe haber duendes en su teléfono… de todas formas no se preocupe, no me ha molestado para nada.
- He tenido suerte, al menos es usted simpática… y tiene una voz preciosa, ciertamente podría trabajar en la estación de tren y los usuarios estaríamos encantados.
- Jajajaja… muchas gracias, a mi también me parece muy agradable su voz.
- Seguiré probando, en realidad tengo pocas ganas de coger ningún tren, a lo mejor me equivoco porque marco con el subconsciente…
- Pues intente concentrarse hombre… y marque con el dedo en vez de con el subconsciente.
- Jejeje… Lo intentaré de nuevo, pero no se enfade si vuelve a sonar su teléfono.
- Puede usted seguir equivocándose, no tenía nada que hacer y ha sido un placer hablar con usted.
- Es que normálmente no se encuentra uno con gente tan simpática, a la segunda equivocación me habrían dado un bufido…
- No ha sido ninguna molestia, al contrario…
- Pues no se como pedirle excusas, primero la molesto y luego me enrollo aquí al teléfono… discúlpeme.
- ¿Que le disculpe?... Probablemente acaba de salvarme la vida.
- ¿Cómo dice?
- En este momento iba a tomarme un montón de lexatines, pero ha llamado usted… y de momento se me ha ido esa idea de la cabeza.
- Pues me alegro de que sea así, no está bien lo que iba a hacer
- Ya, pero a veces nos hundimos y no vemos ninguna salida…
- Salidas siempre hay
- No crea, la vida es una mierda.
- Bueno, una mierda si que es, pero lo peor de todo debe ser estar muerto. Estar muerto si que debe ser un rollo del carajo. Imagínese, no se pueden tomar gintonic, ni seguramente escuchar la canción del verano y ni mucho menos tomarse unas tapas… figúrese no poderse comer una buena tortilla de patatas con pimientos…
- A veces no compensa vivir, ni siquiera por las cosas que me dice…
- Piense que tampoco va a poder ir al centro comercial los sábados por la tarde, ni aburrirse con la tele los domingos…
- Me lo pone usted muy difícil…
- Y todos esos pequeños placeres de la vida… que te rasquen la espalda, quitarse los zapatos al llegar a casa, comer con los dedos…
- Jajaja, le saca partido a todo usted.
- Ya le digo… ande, déjese de tonterías y vamos a tomarnos unas cañas, que yo no tengo ganas de coger un tren hoy…
- Pues no se…
- Venga, no se ande con remilgos, si de todas formas a estas alturas iba a estar muerta o agonizante… ¿Qué más le da? Así me cuenta, ya verá como se siente mejor.
- ¿Pues sabe lo que le digo? Que voy a aceptar su invitación, ya veremos después…
-Así se habla… vamos, que la voy a llevar a probar una carne con tomate que se va dejar usted de tonterías y lexatines… Le voy a poner las pilas nuevas. A todo esto… ¿La puedo tutear? Yo me llamo Paco… ¿Cómo te llamas?
- Jajaja… ¿y donde me recoges?
(Continuará…)
... para el próximo cumpleaños de Angela, Anapolar.
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