Acababa de despertar. Sentado en la cama se puso a pensar. Reymundo miró el reloj que marcaba las seis de la mañana. No se podía levantar pues la rutina diaria lo descomponía. Con la mirada perdida y la sábana en la mano tomó una decisión: “en este día que recién empieza voy a hacer todo al revés”. Así que se volvió a acostar.
Texto agregado el 24-09-2003, y leído por 333
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