Ilusiones frustradas, en el espejo del miedo
acostadas en este incierto presente,
comienzo a creer que la infección que por ti siento
es el cuchillo sangriento
deseoso por cortar con esa oxidación
que empuña quien lo carga
el hilo delgado y azul, del suicidio,
las cloacas de mis neuronas se irritan
con el dolor que es introducir nuevos recuerdos,
tal vez en esas nubosidades de momentos
destrozare la ironía de tu belleza
golpeando con golpes de caricias,
creando sonidos deformes
mediante los gritos de labios negros.
La gota que se escapa de mi ojo
fruncirá este odio desde el silencio
buscando ese respiro ultimo, de un amoniaco eterno,
siento una angustia desesperante
es un regalo envuelto en normas, sociales,
cada insípido murmullo de un montón de mentiras
flota en carne putrefacta , en ese interior
tan marchito, sobre el hedor, común,
juntos se emplazan a huelga unos órganos humanos
con la calma que arroje mi alma , al purgatorio
esos ataúdes aguardando unas flores sin vida
tantos gusanos, aves carroñeras esperando un cuerpo frió;
mi mirada es nublada, carente de cualquier expresión,
deseché sangre en una gota, se metió a mis entrañas
después la expulse y ahora parece ser una lagrima,
el tiempo se agota, el reloj continua avanzando
mientras tanto, cúmpleme un deseo
destruye el mundo que me rodea, aíslame en funerales
encuentra mi aliento, se esta desvaneciendo
corrompe mis latidos, con un te quiero
descontrola la esquizofrenia que siento, por un abrazo
asesíname, para que renazca de nuevo
dale significado a la eutanasia
con esta compleja forma de querernos.
Trágate mi corazón, y escúpelo
déjame , un instante para colocarlo de nuevo
junto a tanto humo lleno de pulmones
abajo de tanta ignorancia para un cerebro,
al llevar el recuerdo inquietante
de vagar entre los muertos, en un errante trayecto
directamente al rugir desgarrador de mis huesos,
alcé la vista para alcanzar a ver
la lluvia inquebrantable ante el gris en el cielo;
comienzo a preguntarme, aun sabiendo lo ignorante, que soy
si la existencia de movimiento puede hacerme
capaz de escribir una oración,
sentiré con la voz interna transgredir el rencor
un descomunal miedo, más allá de el usual,
con la insuficiencia embargando las letras
cualquier lagrima con sangre que expulsen mis venas
volverá a nacer, escapando por un instante
de las manos ensangrentadas, sin ningún tipo de remordimiento.
Confundiendo tus colmillos con metales
frunces ahora ser maldito, mis identidades
al dolor provocado, cada vez en que renazco del excremento
en suaves primaveras, al soslayo de un verano
lo cambio por una búsqueda de imágenes
donde hieren los ecos que retornan
lentamente dejando, algunos lamentos
en cartas, en poemas, que navegan
sin así quererlo ese liquido aberrante, que esta acabando
con el oxigeno del asfalto, del piso nauseabundo
inerte, sin latidos, catador de mis desilusiones.
La sangre transmitiendo enfermedades
el corazón latiendo a un ritmo constante
oxigeno convirtiéndose en humo
la deformidad haciéndose belleza,
en funerales se programaron crematorios
para toda la carne fría y excitada
por un nuevo génesis, tan cercano
el todo se hace un nada
las constantes actúan como variables,
puedo sentir la vida desaparecer,
como si fuera a tocar con mis dedos temblorosos
la lluvia insípida de un poeta muerto
extirpando cualquier principio de abandono
bebo la necesidad de extender esta agonía
aclamo con muestras sanguíneas, tener
y que me den la oportunidad para curar mis heridas
retrocediendo los daños emocionales,
con cajas de pastillas repletas con calmantes.
Abriendo los párpados
para despertar de la muerte
intoxicándome con somníferos
solo así puedo saber que existe la luz,
entonces cuando volveré a sentir mi cuerpo
con el calor espiritual de la vida
como concebiré las neuronas inertes
en grados de pensamientos,
si ni siquiera puedo hacer de la respiración
una mezcolanza de contaminantes.
muerdo cromosomas sexuales
con la insurrección que provoca
la ficción existiendo en la realidad,
llenar estas lagrimas con algo más , que la sal
así es la manera que encontré para plasmar
en documentos toda la desesperanza
por abrir otra vez mis ojos;
este tétrico sudor, excesivamente frió
cada gota de liquido como solvente a la saliva
provoca que las silabas se peleen entre si
con sangre humana que aun recorre estas venas débiles
todo es percibir el mismo sufrimiento
de algunas almas enjuiciadas acercándose,
junto a mi, al final. |