Pensamientos desde el infierno I. Reinaldo Arenas.

I. Si quieres que tu hijo no sea un desdichado, mátalo al nacer.

II. Si no quieres cargar con las desdichas de tu hijo, mátate. Tú eres el culpable.

III. Evita por todos los medios morirte con el cargo de conciencia de no haber matado nunca a un hombre: no entrarás en el reino de los cielos ni en ninguno.

IV. El sufrimiento envilece a los hombres, el placer los corrompe. La miseria los convierte en delincuentes; el dinero, en asesinos.

V. Un hombre puede perdonarle a otro casi todo, menos su grandeza.

VI. El gran honor a que debe aspirar un héroe es a que su pueblo lo deteste. Finalmente lo lógra.

VII. El cobarde no admite que lo defiendan, el miserable no lo perdona.

VIII. La sociedad no condena a un hombre por sus defectos, sino por sus virtudes.

IX. Los hombres no se deben comprar, sino alquilar.

X. Nunca pidas que te amen, pide que te complazcan. Eso es lo más difícil y lo único que vale la pena.

XI. Amar a los hombres es mucho más fácil que complacerlos, de ahí que cada día haya más profetas y menos chulos.