LA TELESITA
En el centro-norte argentino, con más exactitud, en la Provincia de Santiago del Estero, sucede a menudo tanto la escasez como la abundancia de agua, por sus ríos o por la caída de lluvias. Y eso influye en la productividad de la Pachachama (madre tierra). Una, seca cosechas y enflaquece los animales, la otra, anega la tierra, arruinando siembras y cosechas, y apesta animales.
Pero la sequía implica morir de hambre y es por ello que la gente recurre a rituales, mitos, o creencias religiosas paganas tan comunes en la campiña para implorar al cielo refresque y renueve la vida en sus campos yermos.
Los misachicos o los reza-baile, se hacen para pedir la lluvia; a esos ritos siempre asistía una niña cuyo nombre era Telésfora Castillo, su diminutivo, LA TELESITA. De ahí el nombre que toma esa reunión, la “Teleseada”.
El campo santiagueño se vestía de alegría para acercar la gente al festejo. El dueño de casa golpeaba, durante varias horas y/o hasta días, su bombo leguero – tumm – tumm – tumm – para que a la legua (5 kmts.) la gente supiera adonde era el festejo o la rogativa.
Entonces ya no importaban
Ni el calor, ni la distancia,
Y al compás del viejo bombo
Por el camino llegaban
Que baile la TELESITA
Desde un costado gritaban
Y la niña mariposa
Por el costado bailaba
Ay !!!! Telésfora Castillo
Que pasión cuando danzabas
Para aliviar los diablillos
De tu cabeza alocada.
Telésfora Castillo era una jovencita de poco raciocinio, mentalmente retrasada, que mendigaba y según versiones tenía poderes de alma milagrosa. Vivió por los años 1850, en la región del Río Salado, Departamento Figueroa, Provincia de Santiago del Estero, y murió quemada al tratar de calentarse junto a un fogón, cuando aún no tenía los diecisiete años.
LA TELESITA es milagrosa, entre otros poderes, tenía el de hacer aparecer lo perdido. Se le ofrece una teleseada (baile de siete medias Chacareras. Esta celebración se realiza en honor y a ruego de LA TELESITA, en la cual se intercalan rezos y oraciones.
En la actualidad, el primer preparativo es el de LA TELESITA, una muñeca que puede ser hecha de trapo, madera o plástico. Esta tarea se le destina a una anciana, que posea los conocimientos suficientes, para vestir adecuadamente a la muñeca para la ceremonia.
Pasada la oración y el ruego, se sitúan mesas en forma concéntrica y una más pequeña en el centro, sobre la cual se pone a la muñeca, la bebida (caña, chicha, vino, etc.) y las copitas para beberla. La gente come empanadas, asado, y otras exquisiteces regionales preparadas de antemano.
Al comenzar la celebración se preparan los bailarines que son los que bailaran las siete medias Chacareras, al son de musiqueros locales, por lo general guitarra, bombo, violín y acordeón, y en medio de cada una tomarán una copita de la bebida alcohólica, situada en la mesita del centro. Al finalizar la teleseada, se echará alcohol a la muñeca y se le prenderá fuego. En ese momento comienza la bailanta que dura varios días.
De esta manera termina la primera parte de esta ceremonia, pues la reunión primaria es para retar a LA TELESITA y se le da un plazo de una semana para que haga llover…………si lo logra, se convocará a otra teleseada para agradecer.
Esta historia de más de un siglo, fue rescatada del olvido por el compositor y músico argentino Andrés Chazarreta, que puso la música a su chacarera LA TELESITA.
LA TELESITA - Chacarera
Letra: Agustín Carabajal
Música: Andrés Chazarreta
Telesita, la manga mota,
tus ropitas está rotas;
por la costa del Salado,
tus pasos van extraviados.
No preguntes por tu amor,
porque nunca lo hallarás;
un consuelo a tu dolor,
en el baile buscarás.
Por esos campos de Dios,
te lleva tu corazón,
sin saber que tu danzar
es tan sólo una ilusión.
Con un bombo soñador
y un violín sentimental
y un cieguito al encordao,
el baile va a comenzar.
Y así te verán bailando,
loca en cada amanecer,
como metida en la danza,
muy adentro de tu ser.
¡Ay, Telesfora Castillo
tus ojos no tienen brillo!
Van perdidos por el monte,
o buscando el horizonte.
Ese baile del querer,
con su música llamó
y desnuda bajo el sol,
la Telesita llegó.
Tu esperanza se perdió
dele bailar y bailar.
Lleva tu pecho un dolor,
pero no sabe llorar.
Pobre niña, que un fogón.
tu cuerpito calcinó
y en la noche de los tiempos,
todo el pueblo te lloró.
Y así te verán bailando,
loca en cada amanecer,
como metida en la danza,
muy adentro de tu ser.
Victor Hugo Resina (chilicote)
Agosto - 2005
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