En el valle de la hierba seca, allá a lo lejos, puedo verlo tieso como una tabla, columpiándole del árbol gigante de tule con una soga al cuello, es mi maestro y al fondo tan solo escucho el sonido del silencio; en sus ojos veo la mirada culpando al mundo, he llegado tarde y no se si fue un suicidio o una condena, mi maestro ha sido exiliado de este tipo de existencia, eso si puedo ver. ¿Debería de bajarlo de esta posición tan humillante en la que se encuentra? ¿Debería? Después de todas aquellas humillaciones que el me dio ¿debería de salvar su propio orgullo? Luce como un impetuoso monumento, creo que lo dejare de esa manera al desgraciado porque tan solo me ha enseñado a tener miedo de mi propia desdicha.

Tomo mi caballo negro y me retiro de ese lugar tan escalofriante, al momento pasa por mi mente nuevamente aquella figura, mi mano derecha empieza a temblar incontrolablemente. Inmediatamente después doy vuelta y retorno hacia aquel valle. No, no se ha movido, no fue un engaño mas, debe de estar muerto te digo. Bajo de mi caballo, me acerco nuevamente, le miro a los ojos fijamente y noto que no parpadea, debe de estar muerto entonces, ¡No, te digo que es un engaño! Su corazón, eso es, si es que no escucho sus latidos es que debe de estar muerto; lentamente y sin apartar mi mirada de sus ojos acerco mi oído a su pecho, no escucho nada, debe de estar muerto ;!Que no lo esta!, ¡recuerda , ya lo ha hecho antes! . Voces en mi cabeza no se callan, hacen que pierda la congruencia, no las puedo controlar, como tampoco mi furia , desenfundo desesperadamente mi impetuosa espada y empiezo a descuartizar el cuerpo flotante de mi maestro como si fuese un tronco y quisiera derribarlo , la sangre , su negra sangre, negra como su alma , vuela por todo el lugar como si estuviera liberándola de esa cárcel que la contiene , mi cara se llena de ella ,el olor es insoportable, el momento lo es también.

No es sino tiempo después de que veo que no queda otra cosa de mi maestro más que vísceras esparcidas por todo el lugar cuando me calmo, me siento liberado, no me había sentido así desde antes que lo conociera, nunca me había sentido mejor. Sonrío frívolamente, he matado a un muerto, pienso, le he atravesado el corazón y he partido cada órgano en más de dos pedazos; Después de unos respiros y poder apreciar con mas detalle mi mas reciente creación reflexiono un poco y me pregunto, ¿que he hecho? Me doy cuenta que con esto que hice no soy mejor que él si no la misma escoria, hice lo que el me enseño a ser y hacer, todo lo que odiaba de el ahora lo veo en mi reflejo, cada que veo mi sombra, cada latir de mi corazón se que por ella pasa la misma negra sangre que volaba escapándose de aquel ser que tanto odie, soy su herencia en este mundo, no por nada era mi maestro. Viviré con la condena de saber lo que soy, de como no existe cosa que odie mas que como soy, viviré así hasta el día que me toque probar el lugar de la soga.