Me gustaría poder decir algo. Me gustaría que de mi boca salieran algunas palabras que pudieran explicar lo que siento. De hecho no sé lo que siento. Entonces me lleno de impotencia, no puedo hacer absolutamente nada por mí. Me sumerjo en el silencio, que me envuelve y me hace parte de él, me callo, quizás sea lo mejor. Mis ojos sangran. No quiero abrirlos porque sé lo que voy a ver, puedo percibir el frío de las heridas que no terminan de sanar. Mis alas tiemblan con énfasis, como si quisieran volar, como si no entendieran nada. Prefiero que no se enteren.
En mi mente retumba la agudeza de un espíritu gris, comienzo a sospechar de de la impureza de los sentimientos.
Hay tantos secretos, tanto ruido y a la vez tanto silencio. Tanta ausencia. Los instantes se hacen eternos, me estanco en un estado alfa, donde me voy de este mundo saturado de negatividad. No quiero volver. Busco soluciones y todo lo que encuentro es vacío, necesito salir de acá, quiero volver a volar, quiero ser. La ansiedad crece, comienzo a desesperarme, pero de qué me sirve? qué puedo hacer? Necesito una solución. Decime algo.