Hoy soy más invisible que nunca.
Hoy existo menos que de costumbre. Hoy se terminó eso que me llenaba de vida, de ganas. Eso que me hacía ser.
Hoy vuelvo a ser el mismo ente gris que vivía en mí. Vuelvo a dejar de estar, para encerrarme en mi oscuridad y llenarme de la angustia que me habituaba.
Me pregunto por qué. Te pregunto por qué. Pero no estás, no recibo respuestas. Entonces cuál es el sentido de todo?
Hoy me vuelvo a morir. Porque no me importa. Porque tal vez sea la mejor opción. Dejo todo en manos del destino, de la oscuridad, de mis sentimientos... será de mí lo que ellos encuentren apropiado. A mí me da lo mismo. No creo, no puedo, no vivo, no soy... pero sí siento. Y eso es lo que más me afecta, sentir esta tristeza que me carcome por dentro, que me arranca la piel y tiñe mi sangre de un color opaco, desconocido. El brillo que te caracterizaba se apagó...
Me quedo con lo mejor de un amor fugáz... las noches de vuelo, los besos heridos, los abrazos sofocantes, sus manos mágicas, sus ojos tristes, su fragilidad... y mi fragilidad...
Ahora quedamos al descubierto en este mundo cruel. Qué va a ser de esto, mejor dicho, de mí? Es que todavía no me acostumbro a estar sola, a ser una.
Tantas palabras vacías, tantas frases que ahora pierden su significado, por qué? por qué llenarme de ella si sabíamos el final? No sé... ni siquiera sé si me hubiera gustado impedirlo. Lo que viví fue pura fantasía. Una fantasía irrepetible. Mis sentimientos son espontáneos y únicos, ella los hizo surgir y los fusionó... creó ALGO de mi. Me hizo renacer.
Una historia inconclusa que no me voy a poder olvidar... de tan hermosa incita al peligro, a correr el riesgo de cortar los hilos de plata que nos unen a la vida, y dejar de estar cada vez que se va... y se va tanto...
Pero hoy no se va porque YO me voy, yo nos dejo, con todo el dolor que eso me graba en el pecho y me sofoca, dejandome sin respiración. Porque ella era mi respiración. Y odio tener que irme, odio abandonar este sueño que me regaló... y aunque quiera no puedo quedarme porque las heridas se abren y se cierran constantemente, sin tiempo para cicatrizar. Y me duelen. Como me duelen tus historias.
Te llevaste mis alas... |