conformando una amalgama perfecta, mi cuerpo putrido y enfermo contagio a la pequeña princesa.
piel de oso nieve y uñas de dragón bailante.
mordí sus escamas esperanza y aulló en grito moribundo.
temblaba como último pétalo en brasas.
lloraba como acuario en su fuente.
inhaló una bocanada humo de mi hocico y dejó caer su corazón cristal al viento.
extendí mis alas y la abracé. se cubrió de plumas carbón y arrastró nuestros cadáveres al vacío.
con su boca sangrante me besó y secó mis cenizas.
el alado titubeó y abrió sus garras.
destrozó su ficción y mató a su protegida.
los dos cayeron y mutilaron el suelo.
dragón miró hacia los ojos perla de la no voladora y arrepentió su canibalismo.
retiró el corazón espejo de la princesa y cortó sus venas.