No son pájaros
sedientos de recuerdos,
ni ángeles borrachos
vestidos de entierro.
No son burlescos carnavales,
ni horribles mascarillas de disfraces.
No es Dios,
el cielo ni el infierno,
ni un universo atiborrado de espantos.
Es solo el dolor seco y árido
que me clavó
tu improvisada muerte.
Que no me deja...
Y me deja incrustado en el tiempo
a la loca deriva,
como un absurdo vacío
imposible de consolar
Texto agregado el 24-09-2003, y leído por 321
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
12-10-2005
Muy expresivo. Poético. Contenido. Bueno. Ojo que las asonancias si no están bien puestas afean. Como, retuerdos, entierro, infierno.
Yo terminaría el poema en Que no me deja. El resto baja y no añade más. Stelazul
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