Tentaciones, manzanas, lugares;
todo converge en una idea,
en una imagen, en la piel;
objetos que me arrastran
a pensarte, a morderte, digerirte.
A pesar de ser considerada
como tantos dirían: "fruta", "objeto";
yo te relaciono con mi origen
para llamarte nuevamente tentación;
y me siento básicamente culpable,
de verte pasiva, inocente, incitando.
Deleitándome al palparte completa,
descubriéndote, saboreándote,
no imaginas lo exquisito y morboso
de tomarte toda entre mis manos,
y rozar tu suavidad con mis labios;
de la misma forma, por ejemplo,
en la que percibo tu aroma
y me lleno imaginando tu sabor.
Suspiro para tomar el valor suficiente
y ejecutar el acto esperado del pecado;
cuando te sueño a cada noche,
en que no te encuentras a mi lado.