hay veces que no me gusta el saludo
y solo remarcar la letra
aburrirme de las faltas de ortografia
del mal de palabras literarias
del romanticismo; y dejar fluir
lo que escribo como si de una ola
perdida en un mar de palabras en la vaga imaginacion
del ser, se tratara.
Solo entonces ya no me aburro
al contrario me divierto.
Haciendo malabares con el silabario
convertido en un niño jugando a ser poeta
sin pensar en nada a proposito
sintiendo ahora en los tiempos modernos
que lo se todo con frialdad y que una
marioneta soy de la misma cabeza que
aprieta la lapicera sobre el papel.

Juego a fin de cuentas a ser el mal de la pelicula
el terrorista del alma
el alborotador de tus
sentimientos, con las ganas
de quitarte un beso
un aroma extraño
un ultimo adios.

Lo he pasado bin
estos cinco minutos
pues escribo lo que quiero; y
me divierto imaginandome a los dos
jugando a ser poetas de la vida,
tu contra mi pecho.