Es un pobre corazón,
abandonado a su suerte,
va a tener que ser fuerte,
o va a acabar mal.
Es su propia base,
no puede dar mas,
pero sigue, aunque sea,
marcha atras...
Y abre su mente,
dispuesto a aceptar
cualquier otra cosa
que el destino le quiera dar.
Prisionero de su propio ser,
no puede expresar
que no recibe la contención
que le deberían dar.
Sus lágrimas,
aún sin derramar,
se convierten en sonrisas falsas
con las que pretende transmitir
tranquilidad y bienestar...
Confusión, dolor, angustia...
Odio, bronca, decepción...
¿Cuál? ¿O todas?
Porque nunca lo dijo,
pero era legible en su mirada.
Para los que lo quisieron
tanto como yo,
no fue difícil notar,
que poco a poco
se fué apagando...
Se fué alejando,
hasta ser solo eso;
un ser que ya no buscaba
hacer las cosas como debía,
y ya no le importó,
vivir las calles como su hogar...
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