Y las piedras escupen
silencio y dolor...
Dolor quebrado
por el tiempo
silencio ya herido
de olvido.
Y las piedras los vieron
uno a uno desaparecer
con su maíz
su chicha y la algarroba
son sus arroyos y sus montes
tupidos de pájaros y verdor
...Ya no hay rastros
solo piedras,
mudos testigos...
Las piedras
los vieron desaparecer
a los dueños de la tierra
a los cimarrones
los cultivadores de maíz,
cultores de la Pacha,
el aborigen,
el de los dioses de carbón y barro
Y después al insurrecto,
al mal conchavado,
Al asalariado
y al opositor
y al vecino de en frente
y al que gritó REBELIÓN
y al sublevado
y al piquetero traspirado
Y después
la maestra, el profesor
y el mendigo de la roja flor
Vieron desaparecer
al alumno y al doctor
al caminante y al merodeador
Vieron desaparecer
las ideas y los sueños
la libertad y el honor
Y a los abuelos
y padres e hijos
y primos y hermanos
y tíos y sobrinos
y niños...Y niños por nacer
¡Las piedras, las piedras!
¡Las piedras fueron pisadas
por las botas!
¡Siempre por las botas,
la conquista y la traición!
...Las piedras,
mudos testigos,
escupen silencio y dolor...
...Y la gente pasa una y otra vez
sin saber nada de ellas
ni de sus porqués...
¡ Y vos ahí,
en medio,
parada,
gritándoles lo que fue,
gritándoles que no vuelva ha suceder!
...Mas nadie se da vuelta,
no te quieren ver...
...Tienen miedo de escucharte y saber...
Las piedras, Romina,
escupen silencio y dolor
y vos junto a ellas
lagrima por lagrima
intentas matarle al tiempo
ese olvido aterrador.
Eres, quizás, en estas nuevas reglas
la excepción.
Eres un ARCO IRIS
en las tinieblas (De las memorias).
Para Romina, la niña de los siete colores.
Francisco.
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