La victoria pierde el tono de su lúgubre canto sin dejar de cantar ni un solo momento en el paseo en el que guía hacia el infierno hacia abajo. Durante el descenso la canción parece constante, pero para quienes permanecen la canción se bifurca, se retuerce debido a un aspecto que no logramos mantener, ese aspecto es la vida y lo que se asemeja a una pérdida, a una distorsión de las cosas, es su ingreso en la muerte por el que camina sin jamás detenerse.


Los espectros se multiplican recobrando vidas perdidas, cogiendo sus cosas, materia olvidada dejada atrás en el tiempo. La victoria enciende sus ojos que asemejan dos senos, te señala que recojas las cosas que has dejado en el suelo que no son otra cosa que lo que has dejado en tu vida... atrás olvidada.


... te engrandeces o te vuelves pequeño..., pero sea lo que sea que sea que eres te vuelves tú mismo embargado muchas veces por el peso de tus actos.