"Soy la Culpa que te culpa rata inmunda de arrabal"


- Ponte Payá - gritó el hombre vestido de policía mostrando el cañón de la pistola y tres anillos de la muerte en su mano alzada en blanco empujándolo contra la pared desnuda y mugrosa dispuesto a bajarle el pantalón y sin ninguna ayuda posible alrededor el chico cogió un chifle de botella rota como hálito de serpiente y se lo clavó en el cuello que emanó un chorro profuso de sangre roja que regó el asfalto de polar en una figura de caricatura de comiquita que dejó una boca abierta marcando la primera sentencia para siempre en su cabeza olvidadiza.

Tiró por el parque Jaimundo Rodrigo el Cochino de Ballesteros y dobló hacia la Catedral sacando la fuente del bolsillo en cuyas aguas se lavó las manos del asesinato con la servilleta en la que dibujó el rostro asqueroso de la voz. Se tocó los cojones: sí, tenía dos.

En el viaje de paseo del Deambuleo observó las gárgolas, abajo los insectos, arriba ese cielo nocturno pesado azul de bostezo de final que a unos hace reir y a otros llorar, tembló su mano al tocar con su barbilla: lo Prohibido estaba allí, esperándolo en una esquina con la cesta en la mano del obedecimiento y la violación y ese aire denso tan pesado que lo hizo vomitar. Antes de dormir bajo el manzano del parque del sauce llorón se quitó sus zapatos, se rascó los pies uno con otro y luego se durmió

Viento habla entre las ramas de los árboles estrellas lejanías y luna bombillo de cámara nupcial pelan el coco en planeta en donde estoy... una chaqueta, un pantalón, una gorra que "La Mano" pone en el camino o que pone para alguien más hace toda diferencia y para luego nunca más.

Se despierta en hojas secas la locura abismal de los ojos que robaron, pedazo de papel, bebe agua como un ñu, olfatea la ciudad, tres encrucijadas para una sola noche una sonrisa blanca para un mismo atardecer - buenas intenciones, intento de secuestro, ese dulce "muere en mí" - comida buena, tiempo, zapatos, pierna, rascarme la cabeza, y olvidar de ver el sol


"Los periódicos hacen letras"

"Los periódicos hacen letras"


"El tiempo quema"

"El tiempo se quema"


Y ordeñó el resto del día en el juego de uno o dos