"El mundo lucha por hallar el sentido de la destrucción del mundo" Salí del local, de la loquería, pasé al lado de la licorería, de largo, y me di cuenta de que no podía huir porque eso, aquello, estaba por todas partes: esa vana filosofía de que el mundo lucha... Y son ojos redondos las gaviotas de la noche. Y es esa inquietud de los nervios de acero de afuera de los demás. Temo incluso sonreir porque la sonrisa se ha convertido en acceder y no accedo. Hablo con la cucarachita que sale del hueco de cemento del negro asfalto con su suspiro del mundo. Le digo: yo no estoy aquí para hacer nada, soy solo un invitado. Pero la cucarachita me dice: No, tú no estás aquí para no hacer nada. Se abre el abdomen y no me muestra el mundo a donde iré: me muestra el mundo de mi procedencia. Me prometo a mí mismo aguantar el tiempo que sea necesario. Ése mundo negro de polvos violetas que se mecen en la nada es mi casa y es donde siempre estoy, donde habita mi cerebro, mundo monstruoso, animal, compuesto del adn de los mundos creación y destrucción. No, yo no tengo añoranzas de casa y no es porque no quiera ir, sino porque siempre estoy aquí como la sangre del mundo y de los mundos de creación y destrucción. Los humanos..., los jefes humanos, los amos del mundo... dedillos de algún dios a la vez dedillo de mi casa al que se lo devora el mundo destrucción reconstruyendo sus huesos

Sale de la cloaca el esqueleto.......... se introduce en mí cosquilleándome las costillas, sin testigos es mi sonrisa (pero tú no lo ves.........)..., la sangre lo destruye batiéndome en mi un sólo tiempo..., en mi un solo lugar. En este aquí en donde observo...

Algún día tomaré la batuta - cuando finalmente les meta el lenguaje - y no sólo observaré, sino que sentiré y haré sentir.