RARO

Raro el día del acontecimiento,
cuando la muerte no acompañe a la lucha
y todos terminemos rindiéndonos
o pidiendo perdón.

Raro concebir un mundo sin dolores,
donde las hojas que caigan,
sean la voluntad misma de mi pueblo
que se mantiene erguido ante el martirio de sus suelos.

Raro el que complace a cuerpo sumiso,
y a pesar de todo,
llora, desmentido,
que sus lágrimas de lluvia de temporal,
lo dejen contemplar su hambre,
los consejos de su padre,
y la bendición de un mundo raro, carente de ansiedad.