Me siento sola.
Me siento sola en un mundo abarrotado,
De gente sin ojos ni boca, sin oídos o risas.
Un mundo donde gimen
Pequeñas mariposillas azules,
Sin vida,
Estáticas en una habitación sin formas.
Las muñecas, de rostros pálidos y rotos,
Que sin hablar gritan,
Turbando un sueño de vigilia.
Pequeños fragmentos de un cristal sucio,
En una vieja fábrica sin ruido en su silencio
Desgarrante, vacío
Brillan como arco iris lanzados de un cielo,
Imperturbable, eterno.
Mira en tus ojos, ¿no ves nebulosas?
Nebulosas turbadas que hacen bailar a las hojas otoñales.
Las hojas danzan, espirales trágicas,
Y luego van a morir a mis labios marchitos.
Nubes de sueños entrelazados,
Hiladas, blancas, débiles,
Tan intangibles como tus manos
Tan etéreas como tu mirada.
¿Ves la luna? Visitemos su soledad de plata.
¿Ves la tierra? Envolvamos nuestros cuerpos en su calidez sencilla.
¿Ves el fuego? Lancemos nuestros miedos a su lengua escarlata.
Soplando las cenizas del imposible,
Lejos,
Muy lejos de aquí.