El hombre se detuvo frente a la gran tienda de la avenida. Una presuncion lo obligo a detenrse antes de entrar y calmadamente avanzo un paso hasta quedar frente a la seccion de vestimenta masculina. Obervo primeramente los pantalones, de hilo blanco, mirando cada pliege y cada centimetro, un temblor interior corrio por su cuerpo. Un movimiento brusco de sus ojos lo coloco ante el saco, que completaba el conjunto. Lo miraba a este ya no en detalle como a los pantalones sino en su totalidad, con una mirada abarcadora. Tenia los puños apretados y le sudaban las manos. Respiro profundamente, sabia que su escrutacion hasta el momento era casi innecesaria y solo lo habia hecho para convenserse de que todo iria bien, como quien ante un examen busca primero aquellos terminos que sabe que se relacionan con lo que estudio. Pero ahora llegaba la verdad. Un sudor frio bajo por su frente y el corazon se le paralizo :ahi estaba,la terrible camisa,y en ella la terrible mancha roja que no dejaba dudas, pegada en su cuello. Su mujer no alcanzo a verlo desde el interior. Antes de echar a correr el hombre observo su rostro (le parecio el de un criminal) que tambien se reflejaba en el escaparate.