Como dormir y soñar, y al despertar seguir soñando.
Como todas las veces que quedé colgada de las nubes rosas del cielo azul que aparecian en mi sueño.
Cuando quedo colgada y no puedo despertar, es porque soñé con vos, otra vez.
Me siento en la ventana y miro las hojas de la enredadera que tiemblan con el frío que trae esta helada brisa invernal, que congela mi mano y se eriza mi piel.
Oigo la melodía de los pájaron que habitan el níspero, los busco desde donde estoy, pero no los veo, así que recorro con la mirada el muro tupido de flores blancas que marca el límite entre mi casa y la de al lado, que me invita a vivir.
Despego la mirada y enseguida vuelo hacia el cielo, recorriendo edificios, esos bloques de cemento que quieren ser mis amigos y se atraviezan tres aves felices de poder volar, su vuelo me endulza y me lleva al cielo donde pasean lentamente las nubes en su gran camino, estas se dispersan para permitirme ver el cielo azul infinito, y me hundo en él.