Tarde pero sin sueño.

Dedicado a Ricardo Esteban Carvajal.

Esa mañana había tomado el vuelo, el Benito Juárez estaba atestado de gente. Clásico de lunes. No le inmutó encontrar una larga fila en el mostrador aunque el tiempo estaba justo.
_¿Motivo del viaje, Señor?_ Interrogó el empleado que llenaba los formatos para salir del país.
_ El cumpleaños de mi hermano… menor_ Contestó con una sonrisa que no encontró eco.

El vuelo fue largo y resultó un tanto turbulento por la temporada de huracanes. Sin embargo llegó sin novedad y después de los trámites rápidamente se presentó en la arrendadora, el auto estaba a punto, firmó el boucher y le dieron las llaves del compacto.
Tardó en salir a carretera pero una vez en ella se relajó y disfrutó el viaje. El clima era magnífico y la estación de radio presentaba una programación estupenda. Llegaría retardado pero aun le alcanzaría en el festejo.

La fiesta había iniciado muy temprano, era una reunión espléndida, los motivos no eran para menos. Su carisma le había granjeado amistades sólidas y su rica y original obra le había colocado en el primerísimo lugar del gusto de los lectores. No cabía duda, era un tipo afortunado.

Como esperaba, llegó un poco tarde. El alegre ambiente le contagió de inmediato, se sentía estupendamente. Caminó por entre una alegre y gentil muchedumbre y le vio chispeante y derrochando su natural simpatía, estaba rodeado de un grupo distinguido.
Debían ser sus colegas escritores, los intelectuales.
Llegó al grupo interrumpiendo momentáneamente la charla.
_¡Feliz cumpleaños!_ Le pareció ver una sorpresa fugaz en su mirada pero emergió la sonrisa amplia.
_¿Como estás hermano?, ¡que bueno que pudiste venir!_. Le abrazó fuertemente.
_Tarde pero sin sueño… ¿Acaso pensabas que faltaría?

Hacía solo treinta y un años que no iba a un cumpleaños de su hermano Ricardo.