RECORDÉ
DE SUS OJOS,
TRISTES,
DULCES,
SABIOS,
LLENOS;
DE SUS OJERAS
PÁLIDAS,
TIBIAS,
CANSADAS,
BUENAS,
DE SU CIELO DE ABUELA,
DE SU TIERRA,
DE SU FALDA,
APRENDÍ,
ENTENDÍ,
TANTAS COSAS,
QUE HOY ME RECUERDA
EL TIEMPO...
APRENDÍ
QUE EL AMOR SE HACE
COMO A LAS TORTAS,
COMO A EL CAFÉ,
Y A CADA PLATO DE SOPA.
Y QUE EL SILENCIO
SE APRENDE
COMO LOS CUENTOS.
Y QUE EL VACÍO
SE ASUME
COMO LOS AÑOS.
COMPRENDÍ
SUS LLANTOS
YO QUE ERA TAN NIÑA;
SORPRENDÍ A LA LUNA
CUANDO LE CONTÉ,
LA OTRA NOCHE,
QUE RECORDÉ
QUE YA NO CREÍA
EN LAS MAREAS.
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